Lunes 28 de Agosto de 2017
San Agustín, obispo y doctor de la Iglesia
(MO). Blanco.
Martirologio Romano: Memoria de san Agustín, obispo y doctor eximio de la Iglesia, el cual, después de una adolescencia inquieta por cuestiones doctrinales y libres costumbres, se convirtió a la fe católica y fue bautizado por san Ambrosio de Milán. Vuelto a su patria, llevó con algunos amigos una vida ascética y entregada al estudio de las Sagradas Escrituras. Elegido después obispo de Hipona, en África, siendo modelo de su grey, la instruyó con abundantes sermones y escritos, con los que también combatió valientemente contra los errores de su tiempo e iluminó con sabiduría la recta fe (+430 dC).
Antífona de entrada Cf. Ecli 15, 5
El Señor lo colmó del espíritu de sabiduría y de inteligencia, y lo revistió de su gloria, para que anunciara su palabra en medio de la Iglesia.
Oración colecta
Dios nuestro, renueva en tu Iglesia el espíritu que infundiste en el obispo san Agustín, para que, llenos de ese mismo espíritu, tengamos sed solamente de ti, fuente de la verdadera sabiduría, y te busquemos como autor del amor verdadero. Por nuestro Señor Jesucristo...
Oración sobre las ofrendas
Al celebrar el memorial de nuestra salvación, imploramos humildemente tu clemencia, Señor, para que este sacramento del amor sea, para todos nosotros, signo de unidad y vínculo de caridad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Cf. Mt 23, 10. 8
Dice el Señor: “Sólo tienen un maestro, que es el Mesías; y todos ustedes son hermanos”.
Oración después de la comunión
Te rogamos, Padre, que nos santifique la participación en la mesa de Cristo, para que, siendo miembros de su Cuerpo, nos transformemos en Aquel que hemos recibido. Que vive y reina por los siglos de los siglos.
Lectura 1Tes 1, 1-10
Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Tesalónica.
Pablo, Silvano y Timoteo saludan a la Iglesia de Tesalónica, que está unida a Dios Padre y al Señor Jesucristo. Llegue a ustedes la gracia y la paz. Siempre damos gracias a Dios por todos ustedes, cuando los recordamos en nuestras oraciones, y sin cesar tenemos presente delante de Dios, nuestro Padre, cómo ustedes han manifestado su fe con obras, su amor con fatigas y su esperanza en nuestro Señor Jesucristo con una firme constancia. Sabemos, hermanos amados por Dios, que ustedes han sido elegidos. Porque la Buena Noticia que les hemos anunciado llegó hasta ustedes, no solamente con palabras, sino acompañada de poder, de la acción del Espíritu Santo y de toda clase de dones. Ya saben cómo procedimos cuando estuvimos allí al servicio de ustedes. Y ustedes, a su vez, imitaron nuestro ejemplo y el del Señor, recibiendo la Palabra en medio de muchas dificultades, con la alegría que da el Espíritu Santo. Así llegaron a ser un modelo para todos los creyentes de Macedonia y Acaya. En efecto, de allí partió la Palabra del Señor, que no solo resonó en Macedonia y Acaya: en todas partes se ha difundido la fe que ustedes tienen en Dios, de manera que no es necesario hablar de esto. Ellos mismos cuentan cómo ustedes me han recibido y cómo se convirtieron a Dios, abandonando los ídolos para servir al Dios vivo y verdadero, y esperar a su Hijo, que vendrá desde el cielo: Jesús, a quien él resucitó y que nos libra de la ira venidera.
Palabra de Dios.
Comentario
El saludo inicial refleja la profunda relación entre esta comunidad y quienes fueron sus evangelizadores. Todo es gozo por la vida en Cristo compartida. Con buenas palabras alienta san Pablo a continuar en esta opción por el Evangelio. Qué hermoso es señalar lo bueno y animarnos unos a otros reconociendo los dones recibidos.
Sal 149, 1-6a. 9b
R. ¡El Señor ama a su pueblo!
Canten al Señor un canto nuevo, resuene su alabanza en la asamblea de los fieles; que Israel se alegre por su Creador y los hijos de Sión se regocijen por su Rey. R.
Celebren su Nombre con danzas, cántenle con el tambor y la cítara, porque el Señor tiene predilección por su pueblo y corona con el triunfo a los humildes. R.
Que los fieles se alegren por su gloria y canten jubilosos en sus fiestas. Glorifiquen a Dios con sus gargantas este es un honor para todos sus fieles. R.
Aleluya Jn 10, 27
Aleluya. “Mis ovejas escuchan mi voz, yo las conozco y ellas me siguen”, dice el Señor. Aleluya.
Evangelio Mt 23, 13-22
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús habló diciendo: ¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que cierran a los hombres el Reino de los Cielos! Ni entran ustedes, ni dejan entrar a los que quisieran. ¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que recorren mar y tierra para conseguir un prosélito, y cuando lo han conseguido lo hacen dos veces más digno del infierno que ustedes! ¡Ay de ustedes, guías ciegos, que dicen: “Si se jura por el santuario, el juramento no vale; pero si se jura por el oro del santuario, entonces sí que vale”! ¡Insensatos y ciegos! ¿Qué es más importante: el oro o el santuario que hace sagrado el oro? Ustedes dicen también: “Si se jura por el altar, el juramento no vale, pero vale si se jura por la ofrenda que está sobre el altar”. ¡Ciegos! ¿Qué es más importante, la ofrenda o el altar que hace sagrada esa ofrenda? Ahora bien, jurar por el altar, es jurar por él y por todo lo que está sobre él. Jurar por el santuario, es jurar por él y por Aquel que lo habita. Jurar por el cielo, es jurar por el trono de Dios y por Aquel que está sentado en él.
Palabra del Señor.
Comentario
“Habiendo venido Jesucristo, enseña que es inútil la confianza de la ley, porque Jesucristo no es santificado por la ley, sino la ley por Jesucristo, en la cual está sentado como en un trono. Y así, son necios y ciegos los que, prescindiendo de lo que santifica, veneran lo santificado” (San Hilario, In Matthaeum, 24).
Oración introductoria
Qué triste pero real es constatar que hoy se sigue repitiendo la misma escena. Cuántas personas se alejan de la Iglesia por el pobre testimonio que damos. Ayúdame, Señor Jesús, a hacer esta oración para que mi corazón escuche y mi generosidad crezca a fin de poder responder a todas las luces de tu Espíritu Santo.
Petición
Padre mío, aumenta mi fe para que pueda crecer mi amor al prójimo.
Meditación
Hoy, el Señor nos quiere iluminar sobre un concepto que en sí mismo es elemental, pero que pocos llegan a profundizar: guiar hacia un desastre no es guiar a la vida, sino a la muerte. Quien enseña a morir o a matar a los demás no es un maestro de vida, sino un “asesino”. El Señor hoy está justamente enfadado con los guías que extravían al prójimo y le quitan el gusto del vivir y, finalmente, la vida.
Hay gente que intenta de verdad entrar en el Reino de los cielos, y quitarle esta ilusión es una culpa verdaderamente grave. Se han apoderado de las llaves de entrada, pero para ellos representan un “juguete”, algo llamativo para tener colgado en el cinturón y nada más. Los fariseos persiguen a los individuos, y les “dan la caza” para llevarlos a su propia convicción religiosa; no a la de Dios, sino a la propia; con el fin de convertirlos no en hijos de Dios, sino del infierno. Su orgullo no eleva al cielo, no conduce a la vida, sino a la perdición. ¡Que error tan grave!
El Señor repetidamente ha intentado destapar las orejas y desvelar los ojos a los fariseos, pero dice el profeta Zacarías: «Ellos no pusieron atención, volvieron obstinadamente las espaldas y se taparon las orejas para no oír» (Za 7,11). Entonces, en el momento del juicio, el juez emitirá una sentencia severa: «¡Jamás os conocí; apartaos de mí, agentes de iniquidad!» (Mt 7,23). No es suficiente saber más: hace falta saber la verdad y enseñarla con humilde fidelidad.
Nosotros sabemos que la autenticidad de nuestra fidelidad al Evangelio se verifica también en base a la atención y a la solicitud concreta que nos esforzamos en manifestar hacia el prójimo, especialmente hacia los más débiles y marginados. Así, el servicio caritativo, que puede desarrollarse en una multiplicidad de formas, se convierte en una forma privilegiada de evangelización, a la luz de la enseñanza de Jesús, que considerará como hecho a si mismo cuanto hayamos hecho a nuestros hermanos, especialmente al más "pequeño" y desatendido. Para que nuestro servicio no sea sólo acción filantrópica, aunque útil y con mérito, es necesario alimentarlo con la oración constante y la confianza en Dios. Es necesario armonizar nuestra mirada con la mirada de Cristo, nuestro corazón con su corazón. De esta manera, el apoyo amoroso, ofrecido a los demás se traduce en participación y en un compartir consciente de sus esperanzas y sus sufrimientos, haciendo visible, y diría que casi tangible, por una parte la misericordia infinita de Dios hacia cada ser humano, y por otra, nuestra fe en Él.
Una de las virtudes humanas más apreciadas por la mayoría de las personas es, sin duda, la coherencia de vida. En la misma vida de Jesús podemos ver un gran ejemplo de coherencia humana, pues Él actúa lo que predica.
Siendo Jesús una persona humanamente bien formada, con principios y valores rectos, la actitud de los escribas y fariseos le parece de lo más reprochable. Es por eso que Jesús les reprime y recrimina. Jesús es consciente que ellos influyen mucho en los demás, ya que son los jefes de las sinagogas, y viendo que sus actitudes no son las más adecuadas, se decide a actuar para poner solución a la situación. Jesús es el buen pastor que cuida de sus ovejas y no las deja solas. Pueden parecer duras las palabras que les dirige, pero lo hace con dos intenciones: la primera es llegar a las conciencias de los escribas y fariseos para que recapaciten su forma de proceder; la segunda, para que las personas que lo escuchan sepan que él ha venido a traer la verdad.
Diálogo con Cristo
Señor Jesús, tú que supiste reprender a los escribas y fariseos con palabras llenas de fuerza y de verdad, danos la gracia de poder escucharte, pues quizá nos estás hablando y no lo hacemos.
Propósito
Rezar un misterio del rosario para pedir de manera especial por todos aquellos que de algún modo son jefes y guías de los demás para que sean realmente personas coherentes y prudentes en sus comportamientos.
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