Cada vez son más los jóvenes que dedican parte de sus vacaciones de verano a realizar tareas de voluntariado.
Bien en España o bien en el extranjero, lo cierto es que ser voluntario reporta a estos estudiantes numerosos beneficios: la desinteresada labor social aporta una gran satisfacción que difícilmente se consigue por otros medios, les proporciona el desarrollo de valores como una mayor empatía y sensibilidad, les permite conocer a otras personas con sus mismos intereses y les ayuda a mejorar y adquirir cierta experiencia que les facilitará su acceso al mundo laboral.
Al finalizar la experiencia, los jóvenes habrán conseguido numerosos beneficios de forma natural y les supondrá una increíble realización tanto a nivel personal como profesional, algo cada vez más valorado en el mundo empresarial. Así lo corrobora Gaspar González Palenzuela, arquitecto y fundador de la ONG ASU: «He pasado por procesos de selección en estudios de arquitectura donde se me ha valorado muchísimo el haber realizado voluntariado, primero, en el aspecto personal, y segundo, porque llevar a cabo un proyecto en un país en vías de desarrollo es como montar una empresa pero con diez veces más trabajo», asegura. «Se coge mucho callo.
En lo que a mí respecta –es autónomo y tiene un pequeño estudio de arquitectura–, si tengo que contratar a alguien el día de mañana, sí que valoraría este tipo de experiencia. Son personas que no se conforman con lo establecido, que no quieren vivir de forma cómoda, y que se autoexigen cambiar o mejorar las condiciones de vida de la gente más desfavorecida».
Su organización recibió el segun-
do Premio al Voluntariado Universitario de la Fundación Mutua Madrileña, unos galardones que llevan en marcha cinco años y que pretenden reconocer, apoyar e impulsar el espíritu solidario de los jóvenes españoles. Según sus datos, en la convocatoria pasada se presentaron 117 candidaturas procedentes de 84 universidades que implicaron la labor de 5.200 estudiantes.
Pilar esencial
Durante el curso pasado, seis de cada diez universidades españolas aumentaron el número de acciones solidarias durante el año académico y el 94% de las ONG cuenta con voluntarios universitarios entre sus colaboradores, «un hecho que confirma que las universidades son un pilar esencial del voluntariado en España», apuntan los responsables de esta entidad.
En la Fundación Mutua afirman que casi todos los estudiantes que lo prueban, vuelven. De hecho, en ASU cierran el proceso de inscripción a la vuelta de navidades. «Esto te engancha. Lo más probable es que quiera repetir la experiencia y aconseje a otras personas que lo hagan», concluye Gaspar González Palenzuela, algo que corroboran desde el Observatorio de la Plataforma del Voluntariado (PVE) sobre esta actividad en 2016, de donde se extrae que el 81% de los encuestados asegura que su nivel de satisfacción es muy alto con su labor y con la organización en la que participan.
abc.es
Publicar un comentario