Es el cometido que Dios da a los hombres en cuyas manos pone su Iglesia. Atar, que supone obligar. Y desatar que significa liberar.
Y derecos y obligaciones que arreglan el mundo y ganan la eternidad.
Para que no olvidemos al exigir derechos y cuidemos más cumlir lod deberes. De ello depende nuestra felididad plena.
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