La temporada regular del PGA Tour ha terminado con 26 triunfos de veinteañeros en 43 torneos. El presente es suyo. El mundo del deporte no es ajeno a los talentos prematuros. Con 14 años, Nadia Comanecci ya era campeona olímpica; con 16, Pelé y Maradona jugaban en en sus selecciones y, con 18, Kobe Bryant en la NBA.
Sin embargo, lo que es más extraño es que se junte de golpe una generación de jóvenes de dinamite por completo una competición. Esta circunstancia se ha producido esta temporada en el PGA Tour, donde los veinteañeros han dado un golpe en la mesa y han provocado toda una revolución en el sistema establecido.
De los 43 torneos regulares puntuables para la FedEx Cup (que acaba de comenzar sus playoffs finales), 26 los han ganado jugadores menores de 30 años, una edad a la que habitualmente los golfistas empiezan a rentabilizar su experiencia para ganar torneos. Pero eso era hasta ahora: con un desparpajo impresionante, los chavales se han lanzado a por las victorias sin importarles los nombres que tenían por delante.
Estas cifras adquieren aún mayor relevancia cuando se observa que 17 de estos triunfos los han firmado menores de 25 años. Y por lo que se refiere a los ganadores primerizos, diez de los doce de este curso tampoco llegan a la treintena (con cinco de ellos disfrutando de su primera temporada en el Circuito Americano). Tremendo. En esta última categoría se encuentra Jon Rahm (22), que asentó su magnífico año de debut con un triunfo en San Diego a primeros de año.
A partir de ahí no ha hecho sino subir puestos en los rankings mundial y americano (hasta el quinto lugar que ocupa actualmente en ambos) y situarse como uno de los favoritos para llevarse la FedEx en las tres citas que restan (Boston, Chicago y Atlanta). «Tengo una ocasión única y debo ir a tope en los torneos que quedan», confirmó. Competidores sin complejos Es difícil encontrar la causa de esta invasión de triunfadores, ya que no ha existido ningún momento puntual que permita catalogarlos como una generación concreta.
Lo que sí está claro es que estos «milenials» vienen dispuestos a comerse el mundo y no respetan las canas de sus mayores. «Ahora mismo somos la punta del iceberg», comenta Brooks Koepka (27), ganador del último Abierto de los Estados Unidos. «No dejan de salir chicos de la universidad que están listos para ganar en el Circuito. El golf está cambiando». Antiguamente, solían esperar a tener una década de experiencia para rentabilizar sus éxitos, pero ahora van a por todas desde el comienzo. Con cuatro títulos este curso (un major includo), Justin Thomas (24) no tiene pensado frenar su ambición. «Hay un montón de chicos de veintipocos que han logrado ya muchas cosas», reconoce. «Por eso, estar entre ellos es fantástico.
Soy sumamente perfeccionista y competitivo, así que no estoy satisfecho aún. He metido muchísimas horas y aún lo hago, así que espero seguir disfrutando y que los triunfos sigan llegando». El hecho de que se lleven muy bien entre ellos y compartan sus momentos de ocio (en las redes sociales se les ve disfrutar juntos tanto dentro como fuera de los campos) también les ayuda a motivarse constantemente, como reconoce Jordan Spieth (24), exnúmero uno del mundo y máximo representante de este grupo de chavales. Cuando habla de su amigo no regatea elogios. «Justin está teniendo una explosión muy precoz, tiene un talento increíble y es un gran amigo.
Se agarra al torneo cada semana y espero estar con él en la pelea por el título de mejor jugador del año». Esto anuncia que no solo quieren ganar torneos regulares y grandes. También aspiran a dejar su nombre para la historia desde las primeras de cambio. «El mayor objetivo es tener la oportunidad de ganar la FedExCup, porque va más allá del campo y representa toda una temporada», afirma Thomas.
Visión de futuro Aunque, por su juventud, estos muchachos quieran vivir el momento, tampoco desdeñan completar una carrera longeva en el Tour. Spieth es uno de los hombres más en forma del momento, pues a sus tres victorias en 2017 (Open Británico incluido) añadió un subcampeonato el pasado domingo en el primer playoff de la FedEx Cup. Pese a ello, mantiene la cabeza fría. «Espero tener veinte años más de carrera. Aunque ahora seamos los mejores del mundo debemos tener los pies en la tierra y darnos cuenta de que aquí todo el mundo trabaja mucho». Jordan lo tiene muy claro.
abc.es
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