Ya sabemos que hay parroquias que en verano cierran Cáritas, suprimen misas o incluso cierran un mes entero (sí, que las hay). Curiosamente, esas parroquias que cierran no son las parroquias que se consideran “de ricos”, sino las supuestamente comprometidas y solidarias. Puro absurdo. Uno llegaría a entender que las parroquias de ricos cierren, al menos en parte, habida cuenta de que se largan de vacaciones. ¿Pero cerrar parroquias, servicios de Cáritas en zonas deprimidas, en zonas más desfavorecidas? ¿Y el párroco? ¿Y los curas? ¿Ellos sí se pueden ir de vacaciones mientras sus feligreses pasan agosto como buenamente pueden, y sin la posibilidad de acercarse siquiera a la parroquia en caso de alguna necesidad urgente?
Me ha sorprendido mucho que justo la parroquia de Santa Anna de Barcelona, la que se anunció abierta 24 horas, la solidaria con los pobres, la que convirtió la capilla del Santísimo en comedor y salas, incluso en templo parroquial, en dormitorios, haya cerrado a los pobres sus puertas en agosto. ¿La razón que da el rector?: “La insistencia de los cuerpos de seguridad y de los comerciantes en las complicaciones que planteaba la acogida a personas que vivían en la calle nos llevó a reducir la tensión retirando a los pobres de la zona durante la época fuerte de verano”. Como en las peores dictaduras: que no se vean los pobres. Y tragamos.
Es decir, la opción preferencial por los pobres hace un paréntesis en verano. Más aún. Parece que los pobres son especialmente molestos en verano y ¡pásmense! una parroquia especialmente solidaria, con un párroco al frente con clara opción por los pobres, y en la que colaboran gentes tan comprometida como sor Viky Molins, en una ciudad gobernada por la izquierda (Ada Colau), en lugar de decir que los pobres son lo primero, y que los que no quieran verlos es que son fascistas e intolerantes, simplemente cierra en “la época fuerte del verano” ¿julio y agosto? ¿solo agosto? para no complicar la vida a los demás: turistas y comerciantes. Y en la parroquia tragan. Y colaboran. Otra cosa hubiera sido la alcaldía en manos de la derecha.
Dar lecciones. Parroquias abiertas. Parroquias hospital de campaña. Parroquias de referencia. Parroquias de los pobres. Parroquias de acogida. Parroquias en ciudades gobernadas por la siempre tan solidaria izquierda. Parroquias que cierran en verano… para no molestar a los comerciantes. Anda que no era fácil dirigirse a la alcaldesa, a doña Ada Colau y decirle que haga un gesto ante cuerpos de seguridad y ante los comerciantes y les deje claro que la parroquia de Santa Anna no se cierra porque los pobres son los preferidos en su ciudad.
No. Se cierra. Sabemos que el párroco, así lo ha comunicado, está de ejercicios espirituales en Loyola. Lo normal de cualquier pobre: su semanita de meditación a 600 kilómetros de su ciudad de origen. Ignoro el paradero de sor Viky Molins, que supongo aprovechará este tiempo para su formación, espiritualidad y descanso. Tampoco nos ha sido dado conocer los planes de los voluntarios para este verano.
A ver. En serio. Me parece perfecto que el rector, sor Viky Molins, los voluntarios, tengan sus vacaciones y sus ejercicios. Yo acabo de regresar de las mías. Pero hay una cosa que debe quedar clara: cuando se presume de parroquia de los pobres, abierta y solidaria, y en agosto se cierra y el rector de va de ejercicios a seiscientos kilómetros, lecciones, las justas.
De lo que más me puedo gloriar en la parroquia es de la adoración perpetua. También en agosto.
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