Sábado 19 de Agosto de 2017
Misa a elección:
Feria. Verde.
San Juan Eudes, presbítero. (ML). Blanco.
Santa María en sábado. (ML). Blanco.
Martirologio Romano: San Juan Eudes, presbítero, que durante muchos años se dedicó a la predicación en las parroquias y después fundó la Congregación de Jesús y María, para la formación de los sacerdotes en los seminarios, y otra de religiosas de Nuestra Señora de la Caridad, para fortalecer en la vida cristiana a las mujeres arrepentidas. Fomentó de una manera especial la devoción a los Sagrados Corazones de Jesús y de María, hasta que en Caen, de la región de Normandía, en Francia, descansó piadosamente en el Señor. Fecha de canonización: Fue canonizado en 1925 y su fiesta fue incluida en el calendario de la Iglesia de occidente en 1928. .
Misa a elección:
Feria. Verde.
San Juan Eudes, presbítero. (ML). Blanco.
Santa María en sábado. (ML). Blanco.
Martirologio Romano: San Juan Eudes, presbítero, que durante muchos años se dedicó a la predicación en las parroquias y después fundó la Congregación de Jesús y María, para la formación de los sacerdotes en los seminarios, y otra de religiosas de Nuestra Señora de la Caridad, para fortalecer en la vida cristiana a las mujeres arrepentidas. Fomentó de una manera especial la devoción a los Sagrados Corazones de Jesús y de María, hasta que en Caen, de la región de Normandía, en Francia, descansó piadosamente en el Señor. Fecha de canonización: Fue canonizado en 1925 y su fiesta fue incluida en el calendario de la Iglesia de occidente en 1928. .
Antífona cf. Sal 73, 20-19. 22-23
Acuérdate, Señor, de tu alianza, y no olvides para siempre a tus pobres. Levántate, Señor, defiende tu causa y no desoigas el clamor de los que te invocan.
Oración colecta
Dios todopoderoso y eterno, a quien, movidos por el Espíritu Santo, nos animamos a llamar Padre; confirma en nuestros corazones la condición de hijos tuyos, para que podamos entrar en la herencia prometida. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
O bien: de san Juan Eudes
Dios nuestro, que elegiste admirablemente al presbítero san Juan Eudes para anunciar las insondables riquezas de Cristo; concédenos que, siguiendo sus ejemplos y enseñanzas, te conozcamos cada vez más y vivamos con fidelidad según la luz del evangelio. Por nuestro Señor Jesucristo…
O bien: de santa María en sábado
O bien: de san Juan Eudes
Dios nuestro, que elegiste admirablemente al presbítero san Juan Eudes para anunciar las insondables riquezas de Cristo; concédenos que, siguiendo sus ejemplos y enseñanzas, te conozcamos cada vez más y vivamos con fidelidad según la luz del evangelio. Por nuestro Señor Jesucristo…
O bien: de santa María en sábado
Te pedimos Padre, por la intercesión de la santísima virgen María, que cuantos la veneramos en esta gloriosa conmemoración, merezcamos también participar de la plenitud de tu gracia. Por nuestro Señor Jesucristo…
Oración sobre las ofrendas
Padre de bondad, acepta los dones que misericordiosamente has dado a tu Iglesia y que, con tu poder, conviertes en sacramento de salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión Sal 147, 12.14
Jerusalén, glorifica al Señor tu Dios, que te sacia con lo mejor del trigo.
O bien: cf. Jn 6, 51
Dice el Señor: “El pan que yo daré, es mi carne para la vida del mundo”.
Oración después de la comunión
Padre, que la comunión de tus sacramentos nos alcance la salvación y nos confirme en la luz de tu verdad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Lectura Jos 24, 14-29
Lectura del libro de Josué.
Josué habló al pueblo diciendo: “Teman al Señor y sírvanlo con integridad y lealtad; dejen de lado a los dioses que sirvieron sus antepasados al otro lado del Río y en Egipto, y sirvan al Señor. Y si no están dispuestos a servir al Señor, elijan hoy a quién quieren servir: si a los dioses a quienes sirvieron sus antepasados al otro lado del Río, o a los dioses de los amorreos, en cuyo país ustedes ahora habitan. Yo y mi familia serviremos al Señor”. El pueblo respondió: “Lejos de nosotros abandonar al Señor para servir a otros dioses. Porque el Señor, nuestro Dios, es el que nos hizo salir de Egipto, de ese lugar de esclavitud, a nosotros y a nuestros padres, y el que realizó ante nuestros ojos aquellos grandes prodigios. Él nos protegió en todo el camino que recorrimos y en todos los pueblos por donde pasamos. Además, el Señor expulsó delante de nosotros a todos esos pueblos y a los amorreos que habitaban en el país. Por eso, también nosotros serviremos al Señor, ya que él es nuestro Dios”. Entonces Josué dijo al pueblo: “Ustedes no podrán servir al Señor, porque él es un Dios santo, un Dios celoso, que no soportará ni las rebeldías ni los pecados de ustedes. Si abandonan al Señor para servir a dioses extraños, él, a su vez, los maltratará y los aniquilará, después de haberles hecho tanto bien”. Pero el pueblo respondió a Josué: “No; nosotros serviremos al Señor”. Josué dijo al pueblo: “Son testigos contra ustedes mismos, de que han elegido al Señor para servirlo”. “Somos testigos”, respondieron ellos. Josué replicó: “Entonces dejen de lado los dioses extraños que hay en medio de ustedes, e inclinen sus corazones al Señor, el Dios de Israel”. El pueblo respondió a Josué: “Nosotros serviremos al Señor, nuestro Dios, y escucharemos su voz”. Aquel día Josué estableció una alianza para el pueblo, y les impuso una legislación y un derecho, en Siquém. Después puso por escrito estas palabras en el libro de la Ley de Dios. Además tomó una gran piedra y la erigió allí, al pie de la encina que está en el Santuario del Señor. Josué dijo a todo el pueblo: “Miren esta piedra: ella será un testigo contra nosotros, porque ha escuchado todas las palabras que nos ha dirigido el Señor; y será un testigo contra ustedes, para que no renieguen de su Dios”. Finalmente, Josué despidió a todo el pueblo, y cada uno volvió a su herencia. Después de un tiempo, Josué, hijo de Nun, el servidor del Señor, murió a la edad de ciento diez años.
Palabra de Dios.
Comentario
El pueblo tiene experiencia de quién es Dios y cómo obra, por eso puede pactar con él. El pueblo elegido es también un pueblo que sabe optar. Esta Alianza, que se celebra solemnemente, debe renovarse cotidianamente, siguiendo a Dios y no a los ídolos que proponen estilos de vida que no benefician al pueblo.
Sal 15, 1-2. 5. 7-8. 11
R. ¡Tú eres mi herencia, Señor!
Protégeme, Dios mío, porque me refugio en ti. Yo digo al Señor: “Señor, tú eres mi bien”. El Señor es la parte de mi herencia y mi cáliz, ¡tú decides mi suerte! R.
Bendeciré al Señor que me aconseja, ¡hasta de noche me instruye mi conciencia! Tengo siempre presente al Señor: Él está a mi lado, nunca vacilaré. R.
Me harás conocer el camino de la vida, saciándome de gozo en tu presencia, de felicidad eterna a tu derecha. ¡Tú eres mi herencia, Señor! R.
Lectura Jos 24, 14-29
Lectura del libro de Josué.
Josué habló al pueblo diciendo: “Teman al Señor y sírvanlo con integridad y lealtad; dejen de lado a los dioses que sirvieron sus antepasados al otro lado del Río y en Egipto, y sirvan al Señor. Y si no están dispuestos a servir al Señor, elijan hoy a quién quieren servir: si a los dioses a quienes sirvieron sus antepasados al otro lado del Río, o a los dioses de los amorreos, en cuyo país ustedes ahora habitan. Yo y mi familia serviremos al Señor”. El pueblo respondió: “Lejos de nosotros abandonar al Señor para servir a otros dioses. Porque el Señor, nuestro Dios, es el que nos hizo salir de Egipto, de ese lugar de esclavitud, a nosotros y a nuestros padres, y el que realizó ante nuestros ojos aquellos grandes prodigios. Él nos protegió en todo el camino que recorrimos y en todos los pueblos por donde pasamos. Además, el Señor expulsó delante de nosotros a todos esos pueblos y a los amorreos que habitaban en el país. Por eso, también nosotros serviremos al Señor, ya que él es nuestro Dios”. Entonces Josué dijo al pueblo: “Ustedes no podrán servir al Señor, porque él es un Dios santo, un Dios celoso, que no soportará ni las rebeldías ni los pecados de ustedes. Si abandonan al Señor para servir a dioses extraños, él, a su vez, los maltratará y los aniquilará, después de haberles hecho tanto bien”. Pero el pueblo respondió a Josué: “No; nosotros serviremos al Señor”. Josué dijo al pueblo: “Son testigos contra ustedes mismos, de que han elegido al Señor para servirlo”. “Somos testigos”, respondieron ellos. Josué replicó: “Entonces dejen de lado los dioses extraños que hay en medio de ustedes, e inclinen sus corazones al Señor, el Dios de Israel”. El pueblo respondió a Josué: “Nosotros serviremos al Señor, nuestro Dios, y escucharemos su voz”. Aquel día Josué estableció una alianza para el pueblo, y les impuso una legislación y un derecho, en Siquém. Después puso por escrito estas palabras en el libro de la Ley de Dios. Además tomó una gran piedra y la erigió allí, al pie de la encina que está en el Santuario del Señor. Josué dijo a todo el pueblo: “Miren esta piedra: ella será un testigo contra nosotros, porque ha escuchado todas las palabras que nos ha dirigido el Señor; y será un testigo contra ustedes, para que no renieguen de su Dios”. Finalmente, Josué despidió a todo el pueblo, y cada uno volvió a su herencia. Después de un tiempo, Josué, hijo de Nun, el servidor del Señor, murió a la edad de ciento diez años.
Palabra de Dios.
Comentario
El pueblo tiene experiencia de quién es Dios y cómo obra, por eso puede pactar con él. El pueblo elegido es también un pueblo que sabe optar. Esta Alianza, que se celebra solemnemente, debe renovarse cotidianamente, siguiendo a Dios y no a los ídolos que proponen estilos de vida que no benefician al pueblo.
Sal 15, 1-2. 5. 7-8. 11
R. ¡Tú eres mi herencia, Señor!
Protégeme, Dios mío, porque me refugio en ti. Yo digo al Señor: “Señor, tú eres mi bien”. El Señor es la parte de mi herencia y mi cáliz, ¡tú decides mi suerte! R.
Bendeciré al Señor que me aconseja, ¡hasta de noche me instruye mi conciencia! Tengo siempre presente al Señor: Él está a mi lado, nunca vacilaré. R.
Me harás conocer el camino de la vida, saciándome de gozo en tu presencia, de felicidad eterna a tu derecha. ¡Tú eres mi herencia, Señor! R.
Aleluya cf. Mt 11, 25
Aleluya. Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque revelaste los misterios del Reino a los pequeños. Aleluya.
Evangelio Mt 19, 13-15
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Trajeron a unos niños a Jesús para que les impusiera las manos y orara sobre ellos. Los discípulos los reprendieron, pero Jesús les dijo: “Dejen a los niños, y no les impidan que vengan a mí, porque el Reino de los Cielos pertenece a los que son como ellos”. Y después de haberles impuesto las manos, se fue de allí.
Palabra del Señor.
Comentario
Esta escena nos presenta a Jesús con los niños. Mientras ellos crecen, dependen de sus padres porque no pueden procurarse solos aquello que necesitan para vivir. Jesús quiere que recibamos el Reino como niños porque este nos viene como don de Dios y no como fruto de nuestra autosuficiencia.
Oración introductoria
Danos tu gracia, Señor, para ser como niños en las manos de Dios. Regálanos la alegría de sabernos tus hijos y no permitas que nos alejemos de tu amor.
Petición
Señor, que nunca desconfíe de tu amor.
Meditación
En el fragmento del Evangelio de Marcos encontramos varias consideraciones. «Algunos presentaban a Jesús unos niños para que los tocara; pero los discípulos les reñían» (Mc 10,13). Pero el Señor, a quien en el Evangelio leído en los últimos días le hemos visto hacerse todo para todos, con mayor motivo se hace con los niños. Así, «al ver esto, se enfadó y les dijo: ‘No se lo impidáis, porque de los que son como éstos es el Reino de Dios’» (Mc 10,14).
Cuantas cosas podemos aprender de los niños: su sencillez, su alegría, su entusiasmo, su inocencia, su pureza, pero en especial podemos aprender su confianza serena. Un niño sabe muy bien que sus padres lo aman y por eso confía ciegamente en ellos. No se cuestiona las cosas, simplemente se abandona a la voluntad de sus padres. Es precisamente esa confianza lo que más le agrada a Cristo y nos invita por ello a imitarla en nuestra relación con el Padre Celestial.
Dios es un Padre infinitamente bueno y siempre busca demostrarnos su amor, pero pide de nosotros que seamos como niños, que sepamos con sencillez aceptar sus designios y nos abandonemos en sus brazos, con la confianza plena de que su amor por nosotros es más grande y más poderoso que cualquier contrariedad.
La alegría es el reflejo de un alma que confía en Dios y es el distintivo más claro y elocuente de la fe cristiana, por eso en este día esforcémonos por contagiarla a todos los que se nos acerquen, sabiendo que nuestra alegría es palabra silenciosa pero elocuente que hablan del amor de Dios y de la confianza en Él.
Propósito
Mostrar un rostro alegre a pesar de las dificultades sabiendo que nunca me faltará la ayuda y protección de Dios.
Diálogo con Cristo
Jesús, te agradezco por todas los dones que me das diariamente y por la gran predilección que me tienes al darme la fe cristiana y la posibilidad de ser realmente tu hijo. Sabes bien lo débil que soy y lo fácil que me alejo de tu amor, por eso te pido humildemente que muevas mi corazón al arrepentimiento cada vez que me aleje de tu amor y te pida perdón con la sencillez de un niño.

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