La liturgia diaria meditada - Purificáis por fuera, por dentro estáis llenos de rapiña y maldad (Lc 11, 37-41) 11/10



Martes 11 de Octubre de 2016
Feria. Verde.

Martirologio Romano: En Madrid, España, santa María Soledad (Manuela) Torres Acosta, virgen, que desde su juventud demostró gran solicitud hacia los enfermos pobres, a los que atendió con total abnegación, especialmente al fundar la Congregación de las Siervas de María, Ministras de los Enfermos.

Antífona de entrada          Sal 129, 3-4
Si tienes en cuenta las culpas, Señor, ¿quién podrá subsistir? Dios de Israel, en ti se encuentra el perdón.

Oración colecta     
Dios todopoderoso, que tu gracia siempre nos preceda y acompañe, y nos ayude en la práctica constante de las buenas obras. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.

Oración sobre las ofrendas        
Recibe, Señor, las oraciones de tus fieles junto con estas ofrendas; haz que este sacrificio, celebrado con amor, nos lleve a la gloria del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Antífona      cf. Sal 33, 11
Los ricos se empobrecen y sufren hambre, pero los que buscan al Señor no carecen de nada.

O bien:         1Jn 3, 2
Cuando se manifieste el Señor, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es.

Oración después de la comunión
Padre, humildemente te pedimos que así como nos alimentas con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, nos hagas partícipes de la naturaleza divina. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Lectura        Gál 5, 1-6
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Galacia.
Hermanos: Esta es la libertad que nos ha dado Cristo. Manténganse firmes para no caer de nuevo bajo el yugo de la esclavitud. Yo mismo, Pablo, les digo: si ustedes se hacen circuncidar, Cristo no les servirá de nada. Les vuelvo a insistir: todos los que se circuncidan están obligados a observar íntegramente la Ley. Si ustedes buscan la justicia por medio de la Ley, han roto con Cristo y quedan fuera del dominio de la gracia. Porque a nosotros, el Espíritu nos hace esperar por la fe los bienes de la justicia. En efecto, en Cristo Jesús, ya no cuenta la circuncisión ni la incircuncisión, sino la fe que obra por medio del amor.
Palabra de Dios.

Comentario
“El hombre, solamente cuando está animado por el Espíritu, llega a ser justo según la justicia de Dios. El Espíritu pone a su alcance el amor de Dios al mundo, realizado por Cristo, un amor que trasciende buenas voluntades e intenciones, observancias, proyectos y toda clase de esfuerzos humanos”. 

Sal 118, 41. 43-45. 47-48
R. ¡Llegue hasta mí tu misericordia, Señor!

Que llegue hasta mí tu misericordia, Señor, y tu salvación conforme a tu promesa. No quites de mi boca la palabra verdadera, porque puse mi esperanza en tus juicios. R.

Yo cumpliré fielmente tu ley: lo haré siempre, eternamente. Y caminaré por un camino espacioso, porque busco tus preceptos. R.

Me deleitaré en tus mandamientos, que yo amo tanto. Elevaré mis manos hacia tus mandamientos y meditaré en tus preceptos. R.

Aleluya        Heb 4, 12
Aleluya. La Palabra de Dios es viva y eficaz, discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. Aleluya.

Evangelio     Lc 11, 37-41
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Un fariseo invitó a Jesús a cenar a su casa. Jesús entró y se sentó a la mesa. El fariseo se extrañó de que no se lavara antes de comer. Pero el Señor le dijo: “¡Así son ustedes, los fariseos! Purifican por fuera la copa y el plato, y por dentro están llenos de voracidad y perfidia. ¡Insensatos! El que hizo lo de afuera, ¿no hizo también lo de adentro? Den más bien como limosna lo que tienen y todo será puro”.
Palabra del Señor.

Comentario
Jesús no tuvo problemas en ir a cenar a casa de un fariseo. Y sabemos que Jesús tuvo muchos desencuentros con este grupo religioso. A veces algunos llegaron a la conversión y otros al alejamiento. Pero Jesús no deja de brindar oportunidades ni de confiar en que sus palabras siempre pueden llegar al corazón de los hombres.

Oración introductoria
Padre, tu que ves en lo secreto y lo conoces todo, ayúdame a no dar importancia a lo exterior, que cada día pueda llenar mi corazón de tu amor.

Petición
Jesús, lléname de tu amor para nunca juzgar lo que hacen los demás y preocuparme para que mis obras estén llenas de bondad.

Meditación 

Hoy, el evangelista sitúa a Jesús en un banquete: «Un fariseo le rogó que fuera a comer con él» (Lc 11,37). ¡En buena hora tuvo tal ocurrencia! ¡Qué cara debió poner el anfitrión cuando el invitado se saltó la norma ritual de lavarse (que no era un precepto de la Ley, sino de la tradición de los antiguos rabinos) y además les censuró contundentemente a él y a su grupo social!. El fariseo no acertó en el día, y el comportamiento de Jesús, como diríamos hoy, no fue “políticamente correcto”.

Los evangelios nos muestran que al Señor le importaba poco el “qué dirán” y lo “políticamente correcto”; por eso, pese a quien pese, ambas cosas no deben ser norma de actuación de quien se considere cristiano. Jesús condena claramente la actuación propia de la doble moral, la hipocresía que busca la conveniencia o el engaño: «Vosotros, los fariseos, purificáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro estáis llenos de rapiña y maldad» (Lc 11,39). Como siempre, la Palabra de Dios nos interpela sobre usos y costumbres de nuestra vida cotidiana, en la que acabamos convirtiendo en “valores” patrañas que intentan disimular los pecados de soberbia, egoísmo y orgullo, en un intento de “globalizar” la moral en lo políticamente correcto, para no desentonar y no quedar marginados, sin que importe el precio a pagar, ni como ennegrezcamos nuestra alma, pues, a fin de cuentas, todo el mundo lo hace.

Decía san Basilio que «de nada debe huir el hombre prudente tanto como de vivir según la opinión de los demás». Si somos testigos de Cristo, hemos de saber que la verdad siempre es y será verdad, aunque el mundo diga lo contrario. Esta es nuestra misión en medio de los hombres con quienes compartimos la vida, procurando mantenernos limpios según el modelo de hombre que Dios nos revela en Cristo. La limpieza del espíritu pasa por encima de las formas sociales y, si en algún momento nos surge la duda, recordemos que los limpios de corazón verán a Dios. Que cada uno elija el objetivo de su mirada para toda la eternidad.

El Señor reprende a los fariseos porque quiere ayudarles a ver que viven en la hipocresía, que de nada les valen sus "buenas obras" y su observancia de la ley, si por dentro están sucios.

No vale la pena vivir fingiendo, vivir de apariencias, para crearse una buena imagen ante los demás, porque podemos engañar a los hombres, e incluso a nosotros mismos. Pero no a Dios, que ve en lo secreto y lo conoce todo. La insatisfacción y el desasosiego en que se vive cuando hay dualidad e hipocresía. Convertirse en un apóstol de las propias ideas, o un devoto del propio bienestar, en lugar que de Dios. Hablar mal de alguien porque no se adecua a ciertas formalidades, olvidando que el mandamiento “nuevo” del cristianismo es el amor al prójimo sin condiciones. 

San Pablo, para estigmatizar el pecado de la idolatría, aquel de personas que -como dice el Apóstol- “habiendo conocido a Dios, no lo glorificaron ni le dieron gracias como corresponde”, prefiriendo adorar “a las criaturas antes que al Creador”. Es una idolatría, que llega a “ahogar las verdades de la fe”, en las que se revela la justicia de Dios”. Pero como todos nosotros tenemos necesidad de adorar -porque tenemos la huella de Dios en nosotros- cuando no adoramos a Dios, adoramos a las criaturas. Y este es el paso de la fe a la idolatría. Ellos, los idólatras, no tienen ninguna razón para excusarse: a pesar de haber conocido a Dios, no lo han glorificado como a Dios ni dado las gracias como Dios. 

Y ¿cuál es el camino del idólatra? Se dice claramente: ‘se han perdido en sus vanos razonamientos y su mente obtusa se ha oscurecido’. El egoísmo del propio pensamiento, el pensamiento omnipotente, aquello que yo pienso es lo verdadero: yo pienso la verdad, yo construyo la verdad con mis pensamiento.

Jesús aconseja: no mirar a las apariencias, ir derecho a la verdad. El plato es el plato, pero lo que es más importante es lo que está en el plato: la comida. Pero si eres vanidoso, si eres una persona que siempre se jacta de sí misma o que te gusta presumir, porque piensas que eres perfecto, da un poco de limosna y eso sanará tu hipocresía. Este es el camino del Señor: adorar a Dios, amar a Dios sobre todas las cosas y amar al prójimo. ¡Es tan fácil, pero tan difícil! Esto se puede hacer sólo con la gracia. Pidamos la gracia”.

Propósito
Que las buenas obras broten de nuestro interior, de nuestro amor a Dios y al prójimo, que nacen del corazón. Que nuestra intención no sea impresionar a los hombres, sino sencillamente agradar a Dios y ser un testimonio alentador para los que nos rodean.


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17:31

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