Más reflexiones sobre el infierno



















Me gustaría seguir reflexionando sobre los condenados al infierno. Si Dios no pusiera su mano, el condenado podría sumirse cada vez más en la tristeza y en la rabia. Es decir, ¿qué impediría que su odio pudiera aumentar sin fin durante toda la eternidad? Si esto sucediera, algunos condenados llegarían a abismos sencillamente increíbles de sufrimiento. ¿Qué impide un aumento eterno del dolor?

En un infierno dejado de la mano de Dios, esto podría ser. Pero tal pensamiento resulta intolerable. El peso de sufrimiento que se generaría resulta difícil de soportar para cualquier inteligencia que trate de imaginarlo y ponderarlo.

Parece más razonable que Dios ponga un límite a la tristeza y el odio a través de su intervención. De manera que el sufrimiento del estado sin Dios sea eterno, pero no creciente.


De lo dicho se observa que existen varios infiernos posibles. Éste que hoy he comentado sería abrumador. De entre todos los infiernos posibles, podemos esperar que Dios haya permitido que exista el menos doloroso para sus moradores.

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18:55

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