Olga es hija única y debe encargarse de cuidar a su padre, D. Arturo un hombre irascible y de carácter duro que sufre una enfermedad. Agobiada por su trabajo en el bufete de abogados necesita a alguien que le cuide de noche y recurre a la última persona a quien su padre querría ver: Sor Inés, una monja Sierva de María.
La película narra los inicios de las Siervas de María, una institución religiosa originada en Madrid en 1851 por inspiración del sacerdote Miguel Martínez y que Soledad Torres Acosta guió en su desarrollo y expansión hasta su muerte en 1887. Son años difíciles en los que Madre Soledad y sus Siervas de María se enfrentan a revoluciones, epidemias y persecuciones religiosas. Soledad Torres Acosta fue canonizada por el Papa Pablo VI en 1970.
El guión explora los comienzos de la vocación de Santa Soledad, junto con las dificultades e incomprensiones –familiares e institucionales– inherentes a su ingreso en la congregación.
Tercer proyecto de envergadura del director Pablo Moreno, tras Un Dios prohibido y Poveda, que recibieron una estimada acogida entre el público. Vuelve el director a narrar una historia real de temática religiosa. A pesar de que se nota su modesto presupuesto, Moreno esquiva, aun con mayor habilidad que en sus anteriores filmes, las dificultades derivadas: la ambientación, los figurantes, los exteriores, etc., de modo que logra una narración consistente, sobria pero correcta, que no sugiere improvisación o ligereza. Esto, junto con el cuidadoso manejo de la cámara y una trabajada planificación aportan al conjunto un acabado lustroso y meritorio. Estamos, seguramente, ante la mejor película del director.
Lo mejor de la cinta es la imagen que se ofrece de la santa, la de una mujer de fe, nada melindrosa ni altanera, sino sencilla y audaz, de una fortaleza impresionante para servir a los demás. (Almudí JD). Decine21: AQUÍ
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