He empezado a leer otra novela policíaca. Una vez más el detective es un tipo duro, solitario, cínico, de moral ambigua, incrédulo y fascinado por lo más oscuro e irracional del ser humano. O sea, como Philip Marlowe, Sam Spade o LewArcher, los vetustos héroes de la novela negra americana, a los que dio vida y rostro Humphrey Bogart.
Desde entonces no hemos mejorado nada. ¿Volverán algún día los héroes amables, patriotas, defensores del bien y la justicia?
Echo de menos el cine de John Ford y el revólver de John Wayne. Creo que les mandaré un e-mail un día de éstos.
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