El bebé que nació dos veces

Fue sacada del vientre materno para extirparle un tumor y siguió la gestación. Lynlee Hope Boemer es un caso de rareza extraordinaria. No solo porque durante el embarazo desarrolló un tumor de coxis, una afección peligrosa que solo se produce en uno de cada 35.000 fetos. También porque sobrevivió a una circunstancia casi milagrosa: nacer dos veces. 

Su madre, Margaret Boemer, iba a dar a luz de su tercera hija en junio de este año. En una revisión rutinaria de la semana 16, los médicos observaron la presencia de un teratoma sacrococcígeo, el nombre científico de este tumor que se desarrolla desde el último hueso de la espalda. Aunque su incidencia es muy baja, es el tumor más frecuente en los recién nacidos, que se produce sobre todo en niñas. 

En muchas ocasiones, el tumor no es un obstáculo para la viabilidad del feto y se extirpa una vez ha nacido. «Pero la mitad de las veces son un problema para el feto porque causan dificultades para la circulación sanguínea», explicó a CNN el doctor Darrell Cass, codirector del Centro Fetal del hospital Texas Children. 

El tumor absorbe buena parte del riego sanguíneo que debe ir dirigido al crecimiento del feto. Tumor y feto protagonizan una suerte de «competición» por la sangre en la que «algunas veces el tumor gana y el corazón del feto no resiste, lo que causa insuficiencia cardiaca y muerte», dijo Cass. Esa era la situación en la que Lynlee estaba en la semana 23, cuando el tumor era casi más grande que el propio feto. Algunos doctores recomendaron a Margaret y su marido, Jeff, acabar con el embarazo. Ellos apostaron por un proceso complicado, en lo médico y en lo económico: cirugía fetal. Según Margaret, «queríamos darle la vida». 

La posibilidad de que el feto sobreviviera era del 50%. Cass fue el encargado de dirigir la operación, que duró cinco horas. La parte más complicada es abrir y coser el útero, lo que se hacía casi a la vez para no comprometer la salud de la madre. El tumor era tan grande que tuvieron que sacar el feto fuera de la tripa de su madre y se derramó el líquido amniótico. «Fue dramático», recordó Cass. La operación en Lynlee solo duró veinte minutos, pero su corazón prácticamente se detuvo, y pudo sobrevivir con medicación y transfusiones de sangre. 

Lynlee regresó al útero y volvió a salir a la luz el 6 de junio, cumplida la semana 36 de gestación. Era su segundo cumpleaños. La niña nació sana, aunque con restos del tumor que la pusieron en peligro. Se sometió a otra operación para extirparlos a los ocho días, y ahora es una niña sana de cuatro meses. «Hemos utilizado todos nuestros ahorros y recursos para darle una oportunidad de vivir a nuestro bebé», explican los padres en la plataforma GoFundMe, donde intentan recabar dinero para hacer frente a los costos médicos del doble nacimiento de su hija.

abc.es

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