Bocadillos espirituales para vivir el Tiempo Ordinario: Jueves de la 5 a. Semana – Ciclo A

“Una mujer que tenía una hija poseída por un espíritu inmundo se enteró, fue a buscarlo y se postró a sus pies. Esta mujer era pagana, sirofenicia de nacimiento, y le rogaba que expulsase el demonio de su hija. El le dijo: “Deja que coman primero los hijos. No está bien echarle a los perritos el pan de los hijos”.

Pero ella respondió: “Tienes razón, Señor; pero también los perritos debajo de la mesa comen las migajas que tiran los niños”.
(Mc 7,24-30)


Qué lindo Evangelio.

Una mujer pagana que le metió gol a Jesús.


Jesús no hace acepción de personas.

Jesús ni siquiera piensa si es creyente o pagano.

Jesús es de los que es capaz de despertar y descubrir fe, incluso en los paganos.


Hablando de los refugiados, el Papa Francisco tuvo un lindo discurso titulado:

“¡No debemos tener miedo a las diferencias!”

Y se atreve a decir algo que, posiblemente a muchos les habrá escandalizado. Lo voy a citar:


“Cada uno de vosotros, queridos amigos, lleva una historia de vida que nos habla de dramas de guerras, de conflictos, a menudo ligados a las políticas internacionales. Pero cada uno de vosotros lleva sobre todo una riqueza humana y religiosa, una riqueza para acoger, no para temer. Muchos de vosotros sois musulmanes, de otras religiones; venís de varios países, de situaciones diversas. ¡No debemos tener miedo a las diferencias! La fraternidad nos hace descubrir que son una riqueza, un don para todos! ¡Vivamos la fraternidad!”


Y termina haciendo un comentario a las palabras del P. Arrupe en su despedida en Tailandia, precisamente en un centro para refugiados: “Servir, acompañar, defender: tres palabras que son el programa de trabajo para los jesuitas y sus colaboradores”.


Esta mujer:

No es judía.

No es creyente.

No vive la Ley.

Y sin embargo siente una gran confianza y fe en Jesús.


Y se da entre ella y Jesús una oración maravillosa.

Jesús diera la impresión de despreciarla.

Llamarla nada menos que “perrito”.

Pero la fe de esta pagana le gana la partida a Jesús:

“De acuerdo que no soy sino un perrito. Pero los perritos también comen las migajas que los niños dejan caer bajo la mesa”.

Jesús se ve tocado por la respuesta de la mujer pagado.

Jesús siente que le ha ganado la partida.

Y le gana el corazón.

“Por lo que me has dicho, vete, que el demonio ha salido de tu hija”.


Con frecuencia pensamos que solo nosotros tenemos la razón.

Que solo nosotros tenemos derecho a que se nos conceda lo que pedimos.

Y cuánta fe hay posiblemente en aquellos que para nosotros son paganos.

Cuánta bondad puede haber en aquellos que no creen como nosotros.

Cuánta confianza en aquellos que nunca ha vivido la amistad con El.


Y Jesús sabe dejarse ganar el corazón

También por aquellos que no parecen ser de los suyos.

También por aquellos que no se han sentado nunca a la mesa con él.

Pero que saben ser perritos que comen las migajas.

No despreciemos a nadie.

No marginemos a los que no creen como nosotros.

No temas, como dice el Papa, a las diferencias.

Porque las diferencias pueden superarse con la fraternidad.


Clemente Sobrado C. P.




Archivado en: Ciclo A, Tiempo ordinario Tagged: creer, curacion, fe, pagano
23:58

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