GEORGE AUGUSTIN – KURT KOCH (EDS.), La liturgia como centro de la vida cristiana , Sal Terrae (Colección “Presencia Teológica” 197), Santander 2013, ISBN 978-84-293-2057-2, 166 páginas, 15 euros.
1. Esta obra que presentamos es la traducción española de un libro publicado en alemán por el Instituto de Teología, Ecumenismo y Espiritualidad “Cardenal Walter Kasper”. Los autores son: el Cardenal Walter Kasper, el Cardenal Kurt Koch, George Augustin – director del Instituto “Cardenal Walter Kasper” - , Winfried Haunerland – profesor de liturgia en Múnich – y Albert Gerhards – profesor de liturgia en Bonn - .
2. La finalidad del libro es ofrecer “impulsos teológicos y pastorales para comprender el sentido más profundo de la liturgia de la Iglesia” (p. 13). El capítulo primero, escrito por el Cardenal Walter Kasper, se titula: “Tiempos sagrados – lugares sagrados – signos sagrados en un mundo secularizado” (pp. 15-35). El Cardenal Kasper afirma que cuando “la distinción entre sacro y profano falta, entonces todo es indiferente, uniformemente monótono, gris sobre gris” (p. 17). Frente a lo que tantas veces se ha dicho, no ha sido eliminada en el Nuevo Testamento la diferencia entre sacro y profano, aunque sí ha recibido una nueva definición (cf p. 19). ¿En qué consiste esa nueva definición? En una interpretación sacramental, según la cual “los signos sacros como signos de la máxima proximidad y comunión son, a la vez, signos del máximo distanciamiento” (p. 33). Dios se manifiesta en lo sacro como el Santo: se comunica, pero sin ser disponible ni objetivable.
El Cardenal Kurt Koch es el autor del capítulo segundo: “La liturgia de la Iglesia como fiesta de la fe viva” (pp. 37-77). Aborda en este texto el fundamento vital de la liturgia, que no es otro sino la experiencia de gratitud (cf p. 38). La fiesta celebra la existencia y la misma fe tiene un carácter festivo que, en su núcleo, es “eucaristía”, acción de gracias (cf. pp. 44-45) de carácter cósmico. En la liturgia se celebra la presencia epiclética del Resucitado y en ella tiene lugar el encuentro con el misterio de Cristo, la comunicación entre Dios y el hombre. La liturgia es, asimismo, un acontecimiento eclesial, ya que “no solo la liturgia cristiana es siempre liturgia de la Iglesia, sino que la Iglesia misma es, en su núcleo más íntimo, liturgia” (p. 59). El Cardenal Koch insiste en la necesidad de un nuevo movimiento litúrgico que tome en cuenta la nueva situación catecumenal en la que vivimos.
“Celebrar la Eucaristía con provecho espiritual” (pp. 79-11) es el título del texto escrito por George Augustin. Parte el autor de la convicción de que “el fundamento de una renovación espiritual y de una vivificación de la fe se halla en una comprensión profundizada de la eucaristía” (p. 83), sacramento en el que Cristo se hace presente actualizando la entrega de su vida. Destaca también Augustin el carácter de adoración de la celebración de la eucaristía, la importancia de la participación activa, el carácter de encuentro con Dios de la comunión, y el aspecto misionero y escatológico de la Misa.
Winfried Haunerland trata sobre “Mysterium Paschale. Concepto clave de la renovación teológico-litúrgica” (pp. 113-136). La idea del “mysterium paschale” figura entre los fundamentos esenciales para la comprensión de la constitución Sacrosanctum Concilium.
Finalmente, Albert Gerhards se ocupa de los recientes esquemas de una teología de la liturgia (“Liturgia: la forma estética de la Iglesia entre ser y devenir”, pp. 137-166). El pensamiento de J. Ratzinger y el de W. Kasper sobre la teología de la liturgia son analizados, tratando de establecer un diálogo entre ellos.
3. Como se lee en el prólogo de este libro: “Es bien sabido que la búsqueda del camino adecuado para la renovación de la liturgia excita los espíritus. Por eso tiene una importancia irrenunciable reflexionar, desde un plano teológico y espiritual, acerca de las cuestiones centrales de la liturgia de la Iglesia, situar las discusiones actuales sobre la reforma de la liturgia en el marco de la tradición viva de la Iglesia y buscar caminos para la renovación, la vivificación y el ahondamiento de la liturgia” (p. 12).
Creemos que la lectura atenta de esta obra ayudará a esta necesaria reflexión.
Guillermo Juan Morado.
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