Esto recuerda en su impresionante libro "La fuerza del Silencio", muy a proposito para ayudar a vivir hoy las "24 horas para el Señor" :
En 2011, durante la vigilia de la Jornada Mundial de la juventud celebrada en Madrid, el papa Benedicto XVI iba a dirigirse a los jóvenes del mundo entero. Se disponía a tomar la palabra cuando se levantó un viento impetuoso y estalló la tormenta. El papa y los jóvenes esperaron a que amainara la tempestad. Cuando por fin el tiempo se hizo más clemente, un maestro de ceremonias entregó al Santo Padre el discurso que estaba previsto. Sin embargo, el papa prefirió dedicar el tiempo que quedaba a lo esencial. En lugar de hablar, invitó a los jóvenes a unirse a él en un silencio de adoración. Arrodillado ante el Sagrado Sacramento, Benedicto XVI rezó con su silencio. Detrás de él había más de un millón de jóvenes calados hasta los huesos y hundidos en el barro; no obstante, en medio de esta inmensa multitud reinaba un silencio sagrado impresionante, cargado literalmente de presencia adorada. Es un recuerdo inolvidable, una imagen de la Iglesia reunida en torno al Señor en el gran silencio (Pensamiento nº238).
En la foto el Cardenal Sarah en adoración ante el Santísimo.
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