Esta mañana hemos dedicado una hora a unirnos con todas las iglesias del mundo que han vivido las "24 horas para el Señor", tal como quiere el Papa y como nuestro obispo nos ha pedido que las vivamos en las parroquias.
Han sido momentos intensos de oración y adoración, que también han posibilitado a quienes han querido recibir el sacramento de la Reconciliación.
El sagrario abierto facilita la confidencia con el Señor y mueve al amor sincero.
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