No quisiera un servidor dedicarse al catálogo de posibles irregularidades litúrgicas con que uno puede encontrarse en una celebración de la eucaristía. Pero hay cosas que es que ya no son simples irregularidades, son directamente memeces, chorradas o pura y simplemente gilipulluás.
En pocos días me han contado un par de memeces, por un lado gordas, porque afectan al canon de la misa, y por otra parte difíciles de explicar si no es desde la estupidez humana y clerical, que es una estupidez muy peculiar porque lleva aneja la sensación de autosuficiencia: pa que veáis cuánto valgo y qué insertado en la realidad estoy.
Memez una. Plegaria eucarística para misas con niños. El texto, previo a la consagración del vino, dice así: “Del mismo modo, al terminar la cena, tomó el cáliz lleno de vino, y dándote gracias de nuevo, lo pasó a sus amigos…”. Se presagiaba lo peor desde la homilía, en la que el sacerdote explicó clarito que los cristianos somos tolerantes y que no debemos discriminar a nadie en razón de raza, sexo o género. Consecuente con su visión del asunto, no se resistió a meter su morcillita en la plegaria eucarística para hacer de ella algo mucho más políticamente correcto: “Del mismo modo, al terminar la cena, tomó el cáliz lleno de vino, y dándote gracias de nuevo, lo pasó a sus amigos Y AMIGAS… “
Menudo problema, señores. Porque aparte la memez políticamente correcta de amigos y amigas, que hasta la Real Academia de la Lengua se ha hartado de decir que es una incorrección de primero de lengua española, parece ser que en la última cena solo hubo amigos, según toda la tradición de la Iglesia, con lo que eso de la morcillita de amigas no solo es una memez lingüística, sino una incorrección histórica, a no ser que el celebrante de turno haya decidido por su cuenta que hubo señoras. Lo malo es que en la última cena no había ni grabadoras ni cámaras de video, que diría el actual prepósito (des) de la Compañía de Jesús. En cualquier caso, bobada, orgullo de quien está por encima del misal y muy poco respeto al pueblo de Dios que tiene derecho que la misa se celebre según el misal y no según las ocurrencias del P. Facúndez por muy sensibilizado que esté con la problemática de ciertos colectivos.
Memez dos. En la misma línea, pero ya afectando a las palabras mismas de la consagración. Ya saben que hace unas semanas se ha cambiado la fórmula de la consagración para introducir el famoso “pro multis”. Me consta que algunos curas siguen manteniendo lo de “por todos los hombres”. Vale. Es lo que tiene ser autosuficiente. Pero lo último que me ha llegado, porque la gente lo cuenta, es cambiar la fórmula de la consagración para evitar discriminaciones: “Éste es el cáliz de mi sangre, sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por vosotros y por muchos Y MUCHAS”. Je. ¿Cómo se les queda el cuerpo?
Pues eso, memeces. Y conste que no me invento nada. No voy a dar datos, pero las dos memeces son de parroquias de Madrid de las últimas dos semanas.
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