Sale hoy en todos los medios un tweet del actual concejal de hacienda del ayuntamiento de Madrid, de Podemos, por supuesto, en el que directamente califica de gentuza a la gente que va a misa, a la vez que afirma que el Jesús de Nazaret de esa gente que ha abierto y sigue #YoVoyaMisa estaría apedreando a mujeres adúlteras y mercadeando en el templo.
Bah, un podemita más. Total esta gente lleva unos días pelín atacá de los nervios con la Iglesia. Echenique, el que tenía un asistente personal pagado “en negro”, diciendo que en las homilías se sueltan cosas poco menos que delictivas, cosa que servidor no escuchaba desde los tiempos de la oprobiosa, cuando los curas iban directamente a la cárcel de Zamora por predicar en contra del régimen. Pablo Iglesias, que si los obispos tiene que ser más “francisquistas”, que digo yo que a él qué leches le importa, y que bien podía decir a los musulmanes que es inaceptable el trato que se da a la mujer en los países islámicos. Pero para eso no hay tiempo -un sinónimo más de perendengues-.
El asunto es que el concejal de hacienda de Madrid, Carlos Sánchez Mato, no es un agnóstico más, ni un anticatólico al uso, ni una persona alejada de la iglesia. Qué va, todo lo contrario. Se define a sí mismo como cristiano, pero eso sí, ojo al dato y atención al matiz, no un cristiano cualquiera, de esos de misa de doce, abrigo de piel y aperitivo a la salida, ni de los que van a la procesión de su Cristo o a las grandes concentraciones populares. Bah. Esos son cristianos de ná y menos, fariseos, sepulcros blanqueados, carcundia y monotonía, retorno a la caverna y vida al margen de los pobres. Cristiano de comunidad de base (colóquense aquí varios oh y ah de admiración). Cristiano fetén, en castizo, que pa eso cobra del ayuntamiento D. Carlos.
D. Carlos, supongo que Carlos para los amigos, pero yo no soy amigo de ese señor, ni ganas, se define a sí mismo como cristiano de base, tan de base, que hasta tuvo el honor de ser entrevistado por todo lo alto en religión Digital. Más de base no se puede ser.
Cristiano de base, es decir, de por libre, de los que creen lo que quieren, piensan lo que les da la gana, hacen lo que les sale del moño -sigo con los sinónimos de lo de antes- y se ciscan en todo lo que no piensa como ellos.
Ya en una ocasión expliqué qué cosa podría ser la iglesia de base. Aquí se lo dejo por si desean repasar.
D. Carlos está en una comunidad cristiana en la que piensa seguir hasta su muerte. Estuvieron en una parroquia, pero los largaron debido a, según confiesa, sus posturas beligerantes con la jerarquía de la que se siente en desconexión. Todos los tópicos que quieran: iglesia poco comprometida con los pobres, lejos de la realidad actual, el papa bien, el obispo de Madrid bien, aunque va muy despacio… Nada nuevo, como se puede observar.
Este señor es la iglesia fetén, la buena, la que conserva las esencias de Jesús de Nazaret, la de los pobres y abandonados, la de las periferias. Los demás ¿qué somos los demás? Pura basura, gente despreciable, hipócritas, mala gente, fariseos, más falsos que Judas -con perdón por si últimamente ha sido rehabilitado- y sobre todo, por encima de todo, GENTUZA.
Y ahora vendrá cualquier iluminado a decirme que ya podemos aprender de la iglesia de base. Sobre todo me dirán que no hay que juzgar. Es decir, que si el señor concejal de hacienda, D. Carlos Sánchez Mato, llama gentuza a un grupo de ciudadanos, es libertad de expresión. Si yo le digo que gentuza lo serán él y los que piensan como él, es juicio, y que si la otra mejilla y que si lo de la misma moneda y que perdonar. De acuerdo. Perdonar, sí, y de paso enseñar al que no sabe. Así que D. Carlos, enseñado queda: cuando uno llama gentuza a los otros, se lo pueden soltar a él.
Publicar un comentario