Nos tienen cogida la sobaquera

Y de qué manera. Y desde hace ya cuánto tiempo. Los enemigos de la Iglesia nos tienen cogida la sobaquera y nos tienen tomadas las medidas porque saben que aquí, en el fondo, y lo sabemos todos, nunca pasa nada.

Sé que los hay que me llaman exagerado, que puede ser, pero la impresión de uno es que poquito a poquito van dando pasos sabiendo que nunca pasa nada, que con la cosa de llevarnos bien con todos vamos a aguantar todo, no de repente, eso no, pero poquito a poquito está claro que tenemos unas tragaderas de hiena hambrienta. Lo que sea.

Se empieza despacito, como siempre, se pasa al “in crescendo” y acabaremos, mira que me lo barrunto, no solo aceptando que nos den de leches cada día, sino convencidos de que nos las merecemos y dando gracias por los palos recibidos, hasta que un día, perdido del todo el último resto de pudor, se lancen a por nosotros a tumba abierta. Tumba. No sería la primera vez.

Con un ejemplo se puede entender todo. Ley contra la discriminación sexual y etc. Para entendernos, ley Cifuentes. Una ley terrible, terrorífica, impresionante. Una ley que va en contra de todos los principios más básicos de la libertad. Todos los partidos políticos de acuerdo, apenas dos excepciones de más que dudoso entiendo futuro político. La Iglesia, poca cosa. Una carta de los obispos de Alcalá y Getafe, y poquito más. No pasa nada.

¿No pasa nada? Pues un poquito más. Un pobre director de colegio confesional, el Juan Pablo II de Alcorcón, decidió, en aras de una cosa que se llama libertad de expresión, decir a los padres de sus alumnos lo que pensaba de la susodicha ley. Horror, terror y pavor. Mil eurazos de multa por opinar. No ha pasado nada. Sigue sin pasar nada.

Oigan, pues si no pasa nada, que siga la cencerrá, que dirían en mi pueblo. El director, en el derecho a recurrir la multa, ha vuelto al punto de mira de asociaciones de LGTB, que pretenden que se investigue el ideario. Y si no pasa nada, que no pasará, lo próximo consistirá en mandar de forma obligatoria algo así como comisarios sexuales para velar que los niños sean educados según quieren ellos y no según sus padres. Seguirá sin pasar nada.

Al lado de esto, el ayuntamiento de Zaragoza pretende quedarse nada menos con la catedral, quizá animado por lo de Córdoba, y seguirán por ejemplo por Santiago, porque total, catedral más o menos, qué más da. No pasa nada.

El asalto a una capilla en tetas y en gritos, no es nada. Una exposición profanando la Eucaristía, nada. Las femen, que atacan todo lo que se ponga por delante, nada. Asaltar iglesias durante el culto, nada. Pues adelante con los faroles, porque todo esto va creando jurisprudencia. Lo que digo, que nos tienen cogida la sobaquera, y hacen bien. Total, si se puede atacar lo religioso y no es delito, adelante. Ya lo pidieron los de Podemos: sacar del código el delito de injurias y ofensas a la religión.

No pasa nada. Porque somos buenos, sabemos perdonar y qué narices, si a lo mejor hasta tienen razón. El colmo. Te sacuden y encima nos convencen de que nos hacen un favor. Que siga la cencerrá.  

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05:07

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