¿Por qué nunca veo ninguna serie, nunca? La respuesta es sencilla: cualquier director que condensara una serie en hora y media realizaría una obra de mucha mayor calidad. ¿Para qué ver la obra extensa, cuando puedo ver la obra condensada? Por supuesto que hay series que son mejores que muchas películas. Pero yo intento ver sólo lo mejor del cine, e incluso lo mejor de lo mejor.
Pongamos un ejemplo, The young pope. He visto bastantes de los trailers que aparecen en Internet. Incluso con esos resúmenes se ve con claridad cómo el director de La gran belleza, una obra tan concentrada, tan densa, tan existencialmente profunda, se ve abocado a una producción mucho más superficial.
La misma Guerra y Paz o Los hermanos Karamazov o Crimen y Castigo podrían haber sido condensados por sus autores: diga lo mismo, ahora que ya están escritos, pero concentre todo en cien páginas o doscientas. La misma mano habría hecho algo mucho más grandioso. En esta vida lo único que no es grandioso es la cantidad.
Yo me he dedicado mucho a la cantidad (en todos los campos), pero por vagancia y dejadez, no porque no entendiera cómo funcionaban las cosas.
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