Hoy me estudié el primer capítulo y me ha parecido precioso: didáctico, profundo y muy completo. Creo que todo el libro es así.
En tan sólo 210 páginas compendia todo este enorme tratado teológico. Lo ha logrado el profesor Don Alfredo Álvarez, que compagina sus tareas parroquiales con la vida intelectual.
Lo felicito de corazón y le animo a seguir cultivando la teología y la didáctica.Merece la pena.
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