La envié hoy para alentar los esfuerzos de los grupos, que se están ganando el cielo, leyendo este año y orando, el Apocalipsis. Es una carta preciosa de la que copio sólo unos párrafos:
Tempranamente, cuando tenía catorce años, me encontré con la Biblia. Sabía que era el libro de Dios, pero nada más. Me imaginé que dentro había sólo historias de gente buena, religiosa, algunos consejos para ser mejores personas y quizá también exhortaciones para portarse bien y no cometer pecados. Pero estaba tan equivocada. Cuando conocí a Jesús y empecé a asistir a la iglesia, dediqué muchos meses a leer la Biblia completa. Mi sorpresa fue enorme. Este libro incluía muchos libros, de diferentes autores, pero todos con un solo objetivo y bajo un mismo Espíritu.
No existe sobre la tierra un libro como la Biblia. No hay ningún otro libro (y si lo hay, por favor, avísenme) que contenga la visión divina, sabia y poderosa como la Biblia. No hay libro más apasionado, revelador, inspirador y perfecto como la Biblia. Todas las respuestas para nuestra vida están contenidas ahí. Toda duda filosófica, toda inquietud o tormento existencial quedan resueltas en sus páginas. La Biblia es palabra viva que proviene de un Dios vivo; no es creación humana, intelectual, limitada, sino sabiduría celestial. La Biblia puede cambiar vidas.
La Biblia es un libro sobrenatural que no necesita librero, pues debe estar siempre abierto, a la mano, listo para ir con nosotros a donde vayamos, de día y de noche.
Maleni Grider
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