Mañana tenemos reunión diocesana de sacerdotes. Siempre me causa gran alegría el que nos reunamos todos. Vernos las caras, saludarnos, charlar, comer juntos. Allí estamos en un solo lugar los pastores de todos los alrededores. Las personas que dan el alimento espiritual a cientos de miles de almas.
Tantas formas de ser, distintos caracteres, diversas formas de vestir. Todas las espiritualidades, los ancianos y los no tanto, párrocos, capellanes, coadjutores, todos en armonía. En nuestra diócesis, como en la mayoría de diócesis, reinan las mejores relaciones entre los sacerdotes.
A ver que nos dan mañana de comer las consagradas de Ekumene. Algo me dice que va a ser pollo, para no romper la vieja tradición.
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