Del Vatican Insider
Aprecio, conciliación y oferta de diálogo. Sin medidas disciplinares explícitas y con recomendaciones genéricas para solucionar los problemas. Así concluyó la más grande auditoría conducida por el Vaticano a las congregaciones religiosas femeninas de Estados Unidos. Un cambio de tono, manifestado en el lenguaje positivo del reporte final compilado tras esa larga y turbulenta investigación, difundido este martes.
Debieron pasar dos años y un Cónclave para tener el resultado final de parte de la Santa Sede: un reporte firmado por el cardenal Joao Braz de Aviz y José Rodríguez Carballo, respectivamente prefecto y secretario de la Congregación para los Institutos de Vida Religiosa. El texto no hizo referencia a aquella “mentalidad secularizada”, pero sí reconoció las dificultades de la visitadora apostólica, Mary Clare Millea, para conducir sus pesquisas.
Constató que hubo “sospecha” y “aprehensión” ante la auditoría. Ese rechazo provocó que algunos institutos decidiesen “no colaborar totalmente en el proceso”. “Mientras la falta de plena cooperación fue una decepción dolorosa para nosotros, aprovechamos esta oportunidad presente de invitar todos los institutos religiosos a aceptar nuestra buena voluntad de reiniciar un diálogo respetuoso y fructífero con ellos”, indicó el informe.
No obstante el espíritu positivo y pacificador de su redacción, el documento dejó en claro los problemas que afronta la vida consagrada en Estados Unidos. Las 50 mil monjas actualmente activas en ese país tienen una edad promedio de 70 años. En 1960 eran unas 175 mil, un decrecimiento de 125 mil en apenas 50 años.
“Muchas hermanas expresaron gran preocupación durante la visita apostólica por la continuación de su carisma y misión, debido a la disminución numérica en sus miembros”, indicó el informe según el cual los candidatas a la vida religiosa tienden hoy a ser más viejas, más cultas y más culturalmente diversas que en el pasado.
Dividido en una introducción y 11 puntos, pasó revista a temas como el carisma y la identidad de los institutos religiosos, la promoción vocacional, la formación, la espiritualidad, la administración, la economía, la autoridad y la vida comunitaria.
“Pedimos los institutos religiosos evaluar sus programas de formación iniciales y en curso, asegurando que ellos proporcionan una preparación sólida teológica, humana, cultural, espiritual y pastoral que ponga atención especial a la integración armoniosa de todos estos varios aspectos”, fue una de las recomendaciones del reporte.
Además pidió “evaluar la práctica real de la oración litúrgica y comunitaria”, impulsó a “reflexionar profundamente sobre la experiencia comunitaria de vida consagrada” y a tener “la valentía” de “tomar medidas para reforzar sus comunidades para que puedan ser signos cada vez más convincentes de comunión en Cristo”.
“Es esencial que quienes conducen y quienes obedecen estén profundamente convencidas que como ellas son, ante todo, hermanas, no hay ningún espacio para el autoritarismo o la sumisión ciega”, agregó, en otro de sus pasajes.
Durante la presentación del informe, en la sala de prensa del Vaticano, Rodríguez Carballo explicó que “fue una visita muy amplia” con “muchos institutos involucrados”, por eso llevó mucho tiempo leer el material y compilar las respuestas. Precisó que el escrito es para todas las monjas de Estados Unidos, incluso para las que no hicieron la visita, porque ofrece elementos de reflexión. Y sobre los “casos más graves”, anticipó que “se escribirán cartas personalizadas, dirigidas a ciertos institutos donde se encontraron problemas”.
“Queremos dar un mensaje de esperanza, la vida consagrada no está muerta en Estados Unidos y en otras partes. Hay problemas pero esto no indica que esté muerta, al contrario, hay muchos signos de vida. Dios sigue llamando, hombres y mujeres dan una respuesta generosa en la vida consagrada”, añadió.
Por su parte, el cardenal Braz de Aviz sostuvo que en las visitas apostólicas ya no se busca “ir para encontrar errores o juzgar situaciones, sino acercarse al sufrimiento para buscar respuestas”. Y anticipó: “Esto lo haremos mucho (en el futuro), con este cambio (de tono). Si hay situaciones muy delicadas nos acercaremos, como lo hemos hecho con otros institutos religiosos que tenían grandes problemas y ellos se rebelaron a nuestras visitas, pero nosotros fuimos como enviados del Santo Padre. Como lo hemos hecho con otros institutos, lo seguiremos haciendo. No digo que antes no se hacía así, pero ahora queremos acentuar esa mirada positiva”.
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