He leído un interesante y erudito artículo sobre las catedrales hispanas. Sobre la secularización de sus cabildos y de como entonces desaparecieron sus dormitorios y refectorios. Antes, cada día, en los edificios anexos al templo comían los canónigos, dormían y vivían en sus dependencias.
Está perfectamente estudiado como se produce una clericalización de la arquitectura catedralicia. Paradójicamente, en las catedrales hispanas la cátedra no tuvo repercusión alguna en la arquitectura de la catedral; el coro sí. Los cabildos eran impresionantes, con todos sus servicios y funciones del altar y del coro. Poder tan evidente que muchas veces los cabildos se enfrentaron a los obispos.
El estudio de la economía de la catedral nos ofrece una idea del peso de ese mundo canonical. Todos estos servicios catedralicios imponían un régimen de vida a sus integrantes. Apasionante resulta asomarse a esos micromundos que eran las catedrales europeas.
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