El jueves de la semana pasado, día 30, nos reuníamos en Sanxenxo cerca de treinta catequistas de algunas parroquias pertenecientes al Arciprestazgo del Salnés (Sanxenxo, Nantes, Raxó y Samieira) para participar en la segunda sesión de la Escuela de catequistas, centrada en torno a la temática “Alianza catequesis + familia”. Contamos en esta ocasión con la presencia del matrimonio formado por Imma Tamayo y su esposo Miguel Castaño.
El matrimonio, ampliamente comprometido en tareas evangelizadoras en el campo matrimonial y familiar, compartía con los asistentes su experiencia de vivencia y oración cristiana en familia. A través de dinámicas persuasivas y palabras frescas mostraron a los catequistas la necesidad de cultivar su propia fe y la de sus familias como el primero y más valioso recurso para la catequesis y el trabajo con las familias en la misma. Sólo quien se deja llenar día a día de Dios, de su Espíritu –insistió el matrimonio– puede luego compartirlo generosamente en la catequesis sin caer en el peligro de vaciarse o desfondarse.
El matrimonio, ampliamente comprometido en tareas evangelizadoras en el campo matrimonial y familiar, compartía con los asistentes su experiencia de vivencia y oración cristiana en familia. A través de dinámicas persuasivas y palabras frescas mostraron a los catequistas la necesidad de cultivar su propia fe y la de sus familias como el primero y más valioso recurso para la catequesis y el trabajo con las familias en la misma. Sólo quien se deja llenar día a día de Dios, de su Espíritu –insistió el matrimonio– puede luego compartirlo generosamente en la catequesis sin caer en el peligro de vaciarse o desfondarse.
Inma y Miguel insistieron, además, en la importancia del tiempo de oración en familia, y en el cuidado de gestos sencillos como la bendición mutua entre padres e hijos, ya que éstos fueron fundamentales para reforzar su identidad de familia cristiana. En este tiempo en que vivimos, afirmaron, es necesario caer en la cuenta de que la familia cristiana va tantas veces “contracorriente”, motivo por el cual es del todo imprescindible apoyarse en la fuerza propia que da el sacramento del matrimonio y, por otro lado, en la unión y alianza con otras familias cristianas para ayudarse.
Al día siguiente, en torno a cincuenta catequistas de las parroquias pertenecientes al Arciprestazgo de Postmarcos de Abaixo (parroquias de Palmeira, Ribeira, Castiñeiras, Carreira, Borio, La Puebla, Oleiros, Aguiño), se reunían en Palmeira, también en su segunda sesión de la Escuela de catequistas, centrada en torno al lema “Nuevos catequistas para la nueva evangelización”. Del mismo modo que el día anterior, Imma Tamayo, acompañada en esta ocasión de su hija Laura, ofrecían de nuevo su testimonio de familia cristiana, y lanzaban una propuesta novedosa y muy esperanzadora para nuestra Diócesis de Santiago de Compostela: la celebración de un encuentro de familias cristianas durante los primeros días de Agosto de este año en las tierras del Barbanza.
Después de que Laura Castaño contase su experiencia de acogida en familias durante los días en las parroquias de la Jornada Mundial de la Jueventud 2013, en Brasil, su madre Imma hacía un llamamiento a los catequistas a abrir las puertas de sus hogares para acoger a las decenas de familias que, venidas de todas partes de España, acudirán a este encuentro de verano. Para todos será una experiencia de enriquecimiento mutuo en la fe.
En ambos encuentros, el Delegado Diocesano de Catequesis terminó haciendo un llamamiento a los catequistas para que también participasen en esta segunda fase del Sínodo Diocesano , implicándose en la constitución y en la participación en los grupos parroquiales de reflexión. Los catequistas, por su papel importantísimo en la actividad pastoral de la Diócesis, así como por la experiencia que poseen en el trabajo con grupos –afirmaba el Delegado–, están especialmente convocados a este trabajo sinodal.
Secretariado de Catequesis de Santiago
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