El pasado sábado, día uno de febrero, víspera de la fiesta de la Candelaria, se reunía una mesa redonda en el centro Fonseca de los jesuitas, en A Coruña. Don José Luis Saborido Cursach, director de la revista “Catequética”, moderaba esta mesa de reflexión y de puesta en común en la que participaron seis catequistas de varias parroquias de la ciudad: de san Rosendo, san Antonio, Franciscanos, Los Rosales y san José. Se trataba de afrontar un tema muy complicado pero a la vez apasionante: la celebración eucarística y otras celebraciones en el ámbito de la catequesis.
En el encuentro, muy participativo y rico desde el principio hasta el final, se fueron abordando los diversos tipos de celebraciones que se vienen realizando con los niños, adolescentes y jóvenes en nuestras parroquias en torno a la catequesis. En la mayoría de las veces, como exponían los participantes, las celebraciones se desarrollan en torno a la Eucaristía dominical, funcionando la catequesis bien como su preparación bien como la prolongación de la misma. De hecho, en todas estas parroquias coruñesas existe la que se suele denominar misa de niños, o del “cate”, y en la que se procura que participe toda la familia junto con el niño, desde los papás hasta los abuelos, los cuales son muchas veces quienes tienen la responsabilidad de llevar los niños a la catequesis y a la misa.
En este tipo de “misas familiares”, como también constataron los catequistas de la mesa redonda, se procura implicar tanto a los niños como a sus padres, de modo que participen en la celebración, bien leyendo alguna de las lecturas, la oración de los fieles, o bien haciendo de monaguillos, etc. El parecer general de los asistentes era que es imprescindible que los padres participen con los hijos en estas celebraciones. Por otro lado, la experiencia común es que los padres que asisten les suele gustar y “repiten” en otras celebraciones. De hecho, apuntaban varios de los catequistas, la catequesis se convierten en una puerta de entrada de muchos de los padres a la comunidad. Algunos, además, se re-enganchan a la vida de fe y comunidad con la preparación del niño a la primera comunión, lo cual permite que se vayan renovando las parroquias y las comunidades.
Se subrayaba, además, que en este tipo de celebraciones, el papel de la preparación y animación de las mismas recaía principalmente en el catequista y su respectiva sección de catequesis. No obstante, también se daban experiencias minoritarias en las que la celebración se preparaba con antelación por el “equipo de liturgia parroquial”, cuidando de forma especial el momento de la homilía pensada para niños. A este último respecto, coincidían todos los catequistas del encuentro, la celebración entera ha de girar en torno a una única temática o idea central, extraída en la mayoría de las veces del Evangelio dominical, la cual debe permear e hilar toda la celebración e, incluso, el mismo tiempo de catequesis. En este caso, algunos de los catequistas hablaban de una “misa en equipo” entre el sacerdote o el diácono y los catequistas. Este tipo de trabajo, tal y como se subrayaba, es difícil y exigente, pero también mucho más rico, lo cual se puede percibir en las celebraciones que así se preparan.
Por otro lado, se subrayó la importancia de trabajar en estas celebraciones con los símbolos, pues permite reforzar los aprendizajes de la catequesis y que éstos perduren en el tiempo. Otro elemento importantísimo es la preparación musical o el empleo de la imagen. Estos medios audiovisuales, son muy útiles desde el momento mismo en que es el lenguaje al que están acostumbrados los niños en la escuela y en su tiempo libre. Por otro lado, ayudan a reforzar o a marcar ciertos momentos de la celebración, tales como la proclamación del Evangelio y el momento de la homilía. Junto a ello, se emplean otros recursos como las escenificaciones o los happening, así como el empleo de los paneles.
Existe el riesgo de que este tipo de celebraciones en las que se da tanto protagonismo a los niños pueden llevar a un cierto vaciamiento de las celebraciones, o a la superficialidad, o a una “infantilización”. Sin embargo, la realidad es que a los miembros adultos de la comunidad les suele gustar y “entender” mejor las “misas de niños” que las de los “adultos”. Aún así, los participantes coincidían en afirmar que no consideran imprescindible que el niño entienda todo cuanto sucede durante la celebración. La experiencia les dice que lo que comienza siendo una frase o un versículo que se repite sin conciencia durante la infancia, con el paso del tiempo y su repetición pueden llegar a significar algo en un momento determinado de la vida. En este sentido, a la catequesis le toca desarrollar una cierta tarea de mistagogía, es decir, de explicación de las celebraciones o los sacramentos tras haberlos recibido.
Otro de los peligros que se señalaban en estas celebraciones es que no se favorezca el necesario espacio para el silencio. En una sociedad en la que todos los días los niños y adolescentes están sometidos a continuos estímulos se hace muy complicado educarlos al silencio. En el caso de que se hagan, éstos son breves y en muchas ocasiones se recurre al empleo de imágenes o a la música de fondo, o incluso a signos como velas o al juego de luces en la celebración. Pero el silencio y la educación a la interioridad es el gran descubrimiento para los niños, siempre y cuando venga educado y acompañado llenándolo de contenidos.
Sería bueno recordar que existe, para que se tuviese un mayor conocimiento y se hiciera un mayor uso, el Leccionario IX para la misa con niños , así como el Directorio Litúrgico para las misas con participación de niños .
Finalmente, en las cinco Diócesis gallegos contamos, desde hace algún tiempo, con un material elaborado por los Secretariados de Catequesis de Galicia para preparar las celebraciones del domingo (“evangelio del domingo” y “misa con niños”) y reforzar con recursos el tiempo de catequesis (“jugando también se aprende”). Semanalmente este material se distribuye vía email a una red de casi tres mil catequistas de toda Galicia. También se puede acceder a él gratuitamente a través del blog diocesano de catequesis .
Secretariado de Catequesis de Santiago
Publicar un comentario