Hoy he celebrado en la Parroquia de San Diego de Alcalá. Realmente, es una parroquia de la que cualquier párroco se puede sentir orgulloso. Ambiente de familia, todos los días un gran grupo rezando el rosario, reunión después de la misa dominical a tomar un feliz desayuno con los pilares femeninos de la parroquia, mucha gente asiste a la exposición del Santísimo Sacramento, hay una gran labor asistencial a los necesitados. Lo tiene todo.
Por fuera es un templo humilde, son los bajos de un edificio. Pero por dentro está su riqueza. Me siento muy a gusto haciendo esta sustitución.
En este blog me suelo fijar en cuestiones estéticas. Pero lo importante es lo importante, lo importante es lo interior. En esta parroquia no tienen grandiosos espacios góticos, ni complejas liturgias orientales, ni tesoros artísticos en sus desnudas paredes de ladrillo. Pero tienen lo importante, lo que realmente vale y cuenta. Aquello respecto a lo cual, todo lo demás es medio.
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