Termina, siempre, el mes de julio con la fiesta de los jesuitas: San Ignacio de Loyola, el fundador de la Compañía de Jesús, que puso bajo la obediencia a los Papas de Roma con el famoso cuarto voto de servicio.
Hoy el Papa Francisco, el primer jesuita en la silla de Pedro, acude a la iglesia del Gesú, donde yace San Ignacio, abierta en Roma en 1580, a celebrar la Eucaristía con sus hermanos jesuitas.
Antes, durante el mes de junio, el Papa recibió a todos los escritores de la revista más antigua de Italia, “La Civiltà Cattolica”, en la que solamente publican jesuitas.
¿Qué les dijo el Santo Padre?
“Estoy seguro de poder contar con ustedes”. Lo dijo el Papa Francisco a la comunidad de los jesuitas de la revista “La Civiltà Cattolica”, que, además de ser la revista más antigua de Italia, fundada en 1850 y nunca ha interrumpido su publicación, tiene una relación privilegiada con la Santa Sede, pues expresa su pensamiento en los artículos que publica, y por esta razón deben contar siempre con el visto bueno de la Secretaría de Estado antes de ser publicados.
El Santo Padre planteó a sus oyentes:
“Su fidelidad a la iglesia exige ser duros con las hipocresías, fruto de un corazón cerrado y enfermo; pero su tarea principal, no es la construcción de muros, sino de puentes, estableciendo un diálogo con todos los hombres, aunque con los que no comparten la fe cristiana, pero que cultivan otros valores humanos, e incluso con los que se oponen a la Iglesia y la persiguen de diferentes maneras”.
Y continuó de la forma siguiente:
“Son muchas las cuestiones humanas que hay que discutir y compartir: en el diálogo siempre es posible acercarse a la verdad, que es don de Dios, y enriquecerse recíprocamente. Dialogar significa estar convencidos de que el otro tiene algo bueno que decir, dejar espacio a su punto de vista, a su opinión, a sus propuestas, sin caer, obviamente, en el relativismo”.
En la entrevista estaba el prepósito general de la Compañía de Jesús, quien recordó que la publicación nació de la voluntad de Pío IX, “que con el breve Gravissimum supremi le dio un estatuto particular según el cual todos los escritores deben ser miembros de la Compañía de Jesús”.
Al despedirse, el Papa Francisco, manifestando que notaba entre ellos a los jóvenes, a los menos jóvenes y a los ancianos, les dijo que su revista es “única en su género, que nace de una comunidad de vida y de estudios; como en un coro compenetrado en el que cada uno debe tener su voz y ponerla en armonía con la de los demás”. Por esta razón los animó manifestando su seguridad de poder contar con ellos.
Conclusión
Felicito a todos los jesuitas en la fiesta de San Ignacio. A los vivos y a los difuntos. A unos para que sigan fieles a su carisma. A los otros para que descansen en la paz del Señor por toda la eternidad.
En mi vida sacerdotal debo espiritual e intelectualmente mucho a la Compañía de Jesús. Por lo tanto ser agradecido es de bien nacido.
Fuente:
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Recomendación
Invito a leer la novela titulada:
El hombre que nunca votó
Prologada por don Juan Manuel de Prada
http://marianojv.awardspace.com/novela.html
Tomás de la Torre Lendínez
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