La izquierda dentro de la Iglesia está apostando muy fuerte por la estancia del Papa Francisco en el desarrollo de la JMJ brasileña.
Inventan abrazos, entrevistas, libros, papeles, intoxicando a la opinión pública mundial.
Desde el pasado 13 de marzo, esa pertinaz izquierda situada extramuros de la Iglesia, se inventó el cuento de la primavera eclesial. Ahora están por otras vías.
Aunque el portavoz vaticano, padre Lombardi, ha negado una entrevista entre el Papa y Boff, la izquierda sigue y sigue.
El escribiente Vidal, a quien llevo años leyendo sus soflamas panfletarias, ha osado sacar sus cartas marcadas de la manga y las ha expuesto con relativa claridad sobre la mesa. Veamos cómo.
Vidal es una persona que siempre escribe desde la óptica marxista de la teología de la liberación más feroz:
1.- Usa mucho el enfrentamiento entre los obispos españoles, por ejemplo, de derechas o izquierdas.
2.- Selecciona muy bien sus viejos maestros de una teología fuera de vía, aunque estén sancionados por el propio Magisterio de la Iglesia.
3.- Utiliza los viejos tópicos: samaritana, opción preferencial por los pobres….
4.- Clasifica a los medios informativos, deseando ser el único en su Rd, y negando la vida y la libertad a los demás.
Ayer, sacó, o le dijeron que lo hiciera un párrafo que nunca le había leído:
“Tras la época de la tesis reformista de los papas del Concilio (Juan XXIII y Pablo VI), vino la antítesis conservadora de los papas del postconcilio (Juan Pablo II y Benedicto XVI). Le toca, ahora, a la síntesis siempre pacificadora. De la mano de Francisco, el “Papa dos probes”, se trata de sumar, unir, hacer converger. Dejar de mirarse al ombligo de las diferencias internas para unirse y convertirse en levadura compacta que vivifique la masa y la salve.”
En esta cita está clarisima la adscripción mental de quien la hace: el marxismo hegeliano más quimicamente puro metido hasta la sangre de la teología de la liberación, ahora aplicado a los Papas de los últimos sesenta años en la Iglesia.
Incluso, el siguiente párrafo deja más claro el anterior, dice así:
“El enemigo (si lo hubiese) no está fuera, pero mucho menos, dentro. Se acabó la época de las peleas intestinas debilitadoras. Ha llegado la hora de remar todos en la misma dirección. Francisco quiere una Iglesia inclusiva, casa común, de todos y para todos. Eso sí, con ático para los pobres y atrio para los gentiles.”
Esta es la apuesta por la que están luchando, simplistamente planteada: convencer al Papa Francisco para que reconozca y organice una subida a los altares laicistas a toda la antiiglesia, que vive más cerca del luteranismo que del catolicismo, tanto en el orden moral, en el litúrgico, en el dogmático y no digamos en el magisterial.
Así la Santa Madre Iglesia Católica Romana sería devorada por un monstruo vestido de buenismo y relativismo absoluto.
No creo que el Papa Francisco caiga en estas redes, ni tampoco el resto del colegio cardenalicio, pero el hecho de que el Papa emérito viva les está sirviendo de freno para sus propósitos. Lo ha contado el inefable Boff, quien no se calla ni debajo de agua.
Sea lo que ocurra, solamente confío en la acción del Espíritu Santo, conductor y abogado único de la Iglesia Católica fundada sobre la roca de Pedro.
Pero el tiempo que se avecina es muy interesante de vivir y de contar. Aquí estaremos, Dios mediante, para hacerlo.
Fuente:
El artículo de Vidal está aquí.
Recomendación
Invito a leer la novela titulada:
El hombre que nunca votó
Prologada por don Juan Manuel de Prada
http://marianojv.awardspace.com/novela.html
Tomás de la Torre Lendínez
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