1 Profundiza y aumenta tu fe, actúa en coherencia con ella y haz de Jesucristo y de su evangelio tu guía y tu apoyo en las dificultades.
2 Vete despegándote de las cosas materiales para no ser esclavo de ellas y distingue el bien del mal, sin dejarte confundir por el ambiente y las opiniones de moda.
3 Nunca permitas que cualquier fallo o retroceso te aleje de Dios y
estate alerta frente a la cobardía moral y el orgullo personal.
4 Enfréntate a tus debilidades y conviértelas en fortalezas y no dejes en tu vida espacio para el vicio; los pequeños vicios que toleres pueden terminarán siendo, para ti, mortales.
5 Toda decisión importante tiene alternativas; piense en ello clara y honestamente a la luz de lo que es correcto.
6 Nunca cedas en cualquier asunto de sustancia moral y ten siempre un plan de acción. Las batallas a menudo se ganan o pierden antes de que comiencen.
8 Piensa detenidamente, por adelantado, las consecuencias de tus elecciones y acciones y no hagas nada, en público o en privado, que pueda dañar a las personas que amas.
9 La virtud es tu propia recompensa; no necesitas aplausos. La vida es exigente y breve; haz que la tuya cuente.
10 Admite y arrepiéntete de tus errores, nunca pierdas la esperanza y no te canses de comenzar siempre de nuevo.
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