(480) Evangelización de América –23. Caminos, hospitales, escuelas...

Camino de Tierra Adentro, México

–Caminos, hospitales, escuelas… ¿Y cuándo va a escribir de…?

–Pare el carro. Tranquilo. Va todo por su orden. Todo se andará.

 

El gran desarrollo urbanístico y poblacional, del que traté (479), suscitó una necesidad creciente de caminos y grandes vías de comunicación, hospitales, escuelas, iglesias, etc. Y de examinar algunos de estos crecimientos me ocupo ahora.

 

–Caminos

La construcción de caminos fue una prioridad de España en América. Las Ordenanzas de descubrimiento, nueva población y pacificación de las Indias (1573), en su artículo 37, establecían que las nuevas poblaciones «tengan buena salida por mar y por tierra, buenos caminos y navegación para que se pueda entrar fácilmente y salir, comerciar, gobernar y defender» (Roca, Imperiofobia: R-298). Los Caminos Reales tenían entre 7 y 8 metros de anchura, suficientes para el tránsito de carruajes.

Uno de los primeros caminos que se construyeron con gran calidad de ingeniería y materiales fue el que unió México con Veracruz, el puerto de entrada de los españoles en el gran imperio azteca, y fue llamado «el camino de Europa». Esta gran obra vino completada por otra, México con Acapulco, «el camino de Asia».

Eran a veces arterias de miles de kilómetros. El Camino Real de Tierra Adentro, que atravesaba gran parte del territorio del norte de México que más tarde fue usurpado por los Estados Unidos, tenía 2.560 kilómetros. La UNESCO lo declaró patrimonio de la humanidad (1-VIII-20109. También eran de gran longitud el Camino Real de Chiapas (México-Guatemala), el Camino Real de Lima a Venezuela, el Camino Real de Alto Perú, de unos 3.000 kilómetros (Buenos Aires-Córdoba-Lima). Al mismo tiempo que éstas y otras grandes vías, ya en el XVI, se construyeron centenares de caminos a poblaciones menores.

Camino de Tierra Adentro, México

Camino de Alto Perú

Ciudades y poblaciones, caminos reales y rutas menores, cambiaron muy notablemente la fisonomía de la América hispana. Muchos de los caminos, hoy convertidos frecuentemente en carreteras, se trazaban apuntando al campanario de la iglesia parroquial de la próxima población.

–Hospitales  

Los Reyes Católicos separaron netamente la profesión médica de la beneficencia religiosa, negando validez a los grados médicos dados por la Iglesia, modernizando por primera vez en Europa el Tribunal Real Protomedicato, y haciendo de él un tribunal académico que había de examinar a médicos, cirujanos, boticarios, herboristas, antes de darles licencia para ejercitar su arte. Los nuevos hospitales creados por ellos en España antes y después de 1500 (Santiago de Compostela, Santa Cruz de Toledo, etc.) mejoraban notablemente el nivel medio europeo de la época.

Francisco Guerra (El hospital en Hispanoamérica y Filipinas, 31) señala que «España tiene el mérito de haber organizado, antes que ninguna otra nación europea, estos tribunales», en los cuales «los candidatos a médicos eran sometidos a exámenes», de tal modo que «la medicina es la primera profesión en España sometida a riguroso control jurídico» (R-300).

Esta prioridad sanitaria característica de la Corona española se extendió a la España americana. El mismo profesor Guerra informa que «Lima, Perú, en los días coloniales tenía más hospitales que iglesias, y por término medio, había una cama por cada cien habitantes, índice considerablemente superior al que tiene hoy en día una ciudad como Los Ángeles» (R-300). El primer hospital de América fue obra de Nicolás de Ovando, gobernador de La Española (1502-1509), ateniéndose a las instrucciones de los Reyes Católicos: «Haga en las poblaciones donde vea que fuere necesario casa para hospitales en que se acojan y curen así los cristianos como los indios» (R-301). La norma de que españoles e indígenas fueran acogidos en los mismos  hospitales se establece en Real Cédula de 1511.

La Corte Suprema de los Estados Unidos, a mediados del siglo pasado, declaró que la segregación era una norma contraria a la Constitución, que declara iguales a todos los individuos de la nación. Y abolió, no sin grandes resistencias, cualquier tipo de discriminación en los lugares públicos: escuelas, autobuses, etc. En Sudáfrica el apartheid fue prohibido en 1992.

En 1563 Felipe II exige para ejercer la medicina en América título universitario y dos años de prácticas. Y en 1570 establece en América el Protomedicato, de tal modo que los profesionales sanitarios, sin graduarse en España, podían recibir allí su licencia. Pronto en la América hispana se crearon las cátedras de medicina /1551, universidad de México; 1635, Lima; 1636 Bogotá). Hace notar la profesora Roca Barea que «la primera cátedra de Medicina en los territorios ingleses de Norteamérica data de 1765» (R-301).

Fueron muy numerosos los hospitales en la España americana. «Entre 1500 y 1550 se levantan en las Indias unos veinticinco hospitales grandes, y un número mucho mayor de hospitales pequeños, con pocas camas […] Esta situación se repite ciudad por ciudad y es raro encontrar una población con más de 500 habitantes que no tenga su propio establecimiento» (R-302).

Hospital, Guanahni, San Salvador (1503)El edificio de los hospitales, como el de las iglesias, solía ser normalmente uno de los más nobles de la ciudad –así era también en la España peninsular–. Algunos hospitales hay que mantienen su servicio desde su fundación en el siglo XVI; otros hay que son protegidos en su edificio como patrimonio nacional. Y muy pocos de estos antiguos hospitales fracasaron por falta de profesionales o de financiación. No faltaron los profesionales y en número suficiente. Y su mantenimiento económico se consiguió recibiendo ayudas de distintos donantes: parte de los diezmos eclesiásticos, donaciones testamentarias, contribuciones de gremios, empresas comerciales, municipios y otros.

 

–Escuelas

Las escuelas primarias se multiplicaron mucho, de tal modo que prácticamente en todas las Misiones que se fueron estableciendo las primeras edificaciones eran la iglesia, el convento misional y las escuelas. Los muchachos indios mostraron excelentes disposiciones para aprender cuanto les enseñaban los frailes con sus maestros. Refiere el franciscano Jerónimo de Mendieta (1525-1604), misionero en México, que 

«el escribir se les dio con mucha facilidad, y comenzaron a escri­bir en su lengua y entenderse y tratarse por carta como nosotros, lo que antes tenían por maravilla que el papel hablase y dijese a cada uno lo que el ausente le quería dar a entender» (Historia eclesiástica indiana IV,14). En la escri­tura y en las cuentas, así como en el canto, en los oficios mecáni­cos y en todas las artes, pintura, escultura, construcción, muy pronto se hicieron expertos, hasta que no pocos llegaron a ser ma­estros de otros indios, y también de españoles. El profundo e inge­nuo sentido estético de los indios, liberado de la representación de sus antiguos dioses, a veces monstruosos y feroces, halló en el mundo de la belleza cristiana una atmósfera nueva, luminosa y ale­gre, en la que muy pronto produjo maravillosas obras de arte.

En la música, al parecer, hallaron dificultad en un primer momento, y muchos «se reían y burlaban de los que los enseñaban». Pero también aquí mostraron pronto sus habilidades: no había pueblo de cien vecinos que no tuviera cantores para las misas, y en seguida aprendieron a construir y tocar los más variados instrumentos mu­sicales. Poco después pudo afirmar el padre Mendieta: «En todos los reinos de la Cristiandad no hay tanta copia de flautas, chirimías, sacabuches, orlos, trompetas y atabales, como en solo este reino de la Nueva España. Órganos también los tienen todas cuasi las iglesias donde hay religiosos, y aunque los indios no toman el cargo de hacerlo, sino maestros españoles, los indios son los que labran lo que es menester para ellos, y los mismos indios los tañen en nuestros conventos» (ib.).

 

–Universidades

En la América hispana se fundaron hasta la independencia más de veinte universidades, de las que salieron unos 150.000 licenciados. La primera fue la de San Marcos (Lima 1551). Ya existía en La Española una fundada por los dominicos (1538), pero no obtuvo de la Corona el grado académico de universidad hasta 1747. Otras antiguas universidades de la España americana (XVI-XVIII) son las de México (1551), Ecuador (1586), Córdoba argentina (1613), Caracas (1721), La Habana (1728), etc. Se acercan a esa cifra de universidades la suma de las creadas en la época de las expansiones coloniales (XIX-XX) por Bélgica, Inglaterra, Alemania, Francia e Italia (R-304).

* * *

Podría seguir exponiendo el rápido desarrollo cívico de América al unirse con España. A la creación de innumerables poblaciones y ciudades, con autoridades y administraciones bien organizadas, comunicadas entre sí por caminos; a la creación de escuelas y hospitales, jardines y teatros, habría que añadir tantos otros valores de suma importancia: monogamia, domingo semanal, paz entre etnias habitualmente en guerra, agricultura y ganadería, minería, medicina, artesanías diversas, etc. Pero de todos estos temas iré informando en los próximos artículos, que estarán ya dedicados directamente a la evangelización, realizada sobre todo por los santos misioneros, pero favorecida también por los mejores gobernantes.

José María Iraburu, sacerdote

Índice de Reforma o apostasía  

Bibliografía de la serie Evangelización de América 

 

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