“La transfiguración de Cristo –nos dice el Catecismo de la Iglesia- tiene por finalidad fortalecer la fe de los apóstoles ante la proximidad de la Pasión: la subida a un “monte alto” prepara la subida al Calvario. Cristo, cabeza de la Iglesia, manifiesta lo que su cuerpo contiene e irradia en los sacramentos: “La esperanza de la gloria”.
Anunciemos al mundo esa esperanza como respuesta al amor de Dios. Será la mejor propaganda del Evangelio. La que necesita esta sociedad descreída para convencerse y mejorar. La que esperan nuestros amigos, familiares, convecinos que les anunciemos. La que nos transfigurará por dentro permitiéndonos cambiar lo de fuera ¿Lo intentamos?
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