Sí. Porque ayer, al llegar a la reunión del nuevo arciprestazgo, Paco, el arcipreste, me entregó un misterioso paquete. Dentro de él, una caja de buñuelos rellenos y una carta con el texto que pueden ver en la foto. No me digan que no es un detallazo.
Por la tarde me acerqué a conocer mis nuevas parroquias. Braojos para empezar. Mi agradecimiento más sincero para Ricardo, el alcalde, y Cándido, el fidelísimo sacristán, por sus atenciones, el cariño, la entrega. Da gusto. Una bendición de Dios. No se me pierdan la iglesia parroquial de Braojos, que es una auténtica maravilla, y que me mostraron detenidamente. Bendito sea Dios, pero qué joya de iglesia parroquial ha querido poner Dios en ms manos. Saludé ya a algunas personas y me fui encantado del pueblo.
A La Serna se vinieron Ricardo y Cándido para mostrarme la casa parroquial. Una encantadora casa de planta baja con un enorme jardín que va a hacer las delicias de Socio. Tenemos que dar una manita de pintura, pero estoy deseando instalarme allí. Estando en la casa se nos incorporaron Alfredo, de Gascones, y Juana, con las llaves de la iglesia. Mucho más sencilla, pero con un retablo barroco que quita el hipo. Arregladísima y cuidadísima.
Y con Alfredo a Gascones. Peazo iglesia tienen en ese pueblo. Enormes dimensiones. Cuidada al máximo como las otras. Otro pueblo pequeño, con su vida, donde también he ido saludando ya a algunas personas. Con Alfredo charlé y charlé, me presentó a su esposa y a alguna otra señora y encantado de la vida. Alfredo es otra persona que me causó una excelente impresión, y dicen que soy bueno para “calar” a la gente. Creo que los dos nos hemos caído bien. Los dos no, los cuatro, porque Ricardo y Cándido son un encanto de amabilidad y servicialidad. O los cinco, porque la sonrisa de Juana, de La Serna, no tiene precio.
¿Y pastoralmente, cómo está aquello? Me sorprendió que en Gascones, con ese iglesión, me dijera Alfredo que solían celebrar la misa en una salita aneja. Suelen venir a misa catorce, quince personas, me dijo. Ya, a diario, respondí yo, digo los domingos. No, no, Jorge. Los domingos catorce o quince. A diario no hay misa… Pero sí hay niños en el pueblo, que van al colegio a Buitrago. Tenemos quince niños en edad escolar.
Pregunté en La Serna por catequesis. Me dice Juana: pero si aquí no hay niños. Me cuentan que en La Serna, los domingo a misa van cuatro o cinco en invierno. Y en la sacristía hay una mesa camilla y unas sillas por si se necesita hablar con alguien.
Algo más de asistencia a misa tenemos en Braojos, donde una vez al mes tienen su minerva con el Santísimo, es decir, procesión solemne por el interior del templo.
Por supuesto que en la casa parroquial de La Serna hay una buena conexión a internet. Así que, si el señor director de Infocatólica no decide otra cosa, aquí seguiré con todos ustedes. Eso sí, no sé por qué me da que el blog va a notar el cambio de parroquia. Va a ser un blog mucho más sencillo, más de pueblo, más de Rafaela. Ya me entienden. Y es que en un pueblo a 80 km. de Madrid, con diez o doce personas en misa dominical, las dubia, el P. Ángel y San Antón, la Amoris Laetitia, las ocurrencias del cardenal de Chicago, os carteles más o men os confesionales de Cáritas o las últimas elucubraciones de Castillo o Fauss, importan bastante poco. No creo que a Cándido o la señora Juana los pueda importar mucho. Y si a ellos les deja indiferentes, imaginen a un servidor… Falta me hacía separarme de estas cosas.
Qué bueno ha sido Dios conmigo regalándome estas tres parroquias. Bendito sea.
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