Martirologio Romano: Conmemoración de san Narciso, obispo de Jerusalén, merecedor de alabanzas por su santidad, paciencia y fe. Acerca de cuándo debía celebrarse la Pascua cristiana, manifestó estar de acuerdo con el papa san Víctor, y que no había otro día que el domingo para celebrar el misterio de la Resurrección de Jesucristo. Descansó en el Señor a la edad de ciento dieciséis años.
Narciso fue un obispo de Gerunda (hoy Gerona), martirizado junto al diácono Félix en el siglo IV. Su vida aparece narrada en varios martirologios, como el de Usuardo y el de Equilino. Según estás fuentes (llenas de datos fabulosos y de contradicciones), Narciso nació en Gerunda en el seno de una familia noble de la ciudad. Convertido en predicador, él y su diácono Félix visitaron la región de los Alpes y Alemania. Se instaló en Augsburgo, donde convirtió a la prostituta Afra y otras mujeres de su burdel. De vuelta a Gerunda, ciudad de la que se le supone obispo, fue martirizado junto a su diácono y a otros muchos fieles en el mismo lugar donde posteriormente se levantó la iglesia de San Félix.
Narciso fue un obispo de Gerunda (hoy Gerona), martirizado junto al diácono Félix en el siglo IV. Su vida aparece narrada en varios martirologios, como el de Usuardo y el de Equilino. Según estás fuentes (llenas de datos fabulosos y de contradicciones), Narciso nació en Gerunda en el seno de una familia noble de la ciudad. Convertido en predicador, él y su diácono Félix visitaron la región de los Alpes y Alemania. Se instaló en Augsburgo, donde convirtió a la prostituta Afra y otras mujeres de su burdel. De vuelta a Gerunda, ciudad de la que se le supone obispo, fue martirizado junto a su diácono y a otros muchos fieles en el mismo lugar donde posteriormente se levantó la iglesia de San Félix.
Seguramente el Narciso de Augsburgo sea un santo distinto del de Gerona y su identificación se deba a la confusión de dos personajes homónimos.
El milagro de las moscas
San Narciso es conocido por el llamado milagro de las moscas, insectos que, además, constituyen su atributo iconográfico más reconocible.2 En 1286, durante el asedio a Gerona de las tropas de Felipe II de Borgoña, del sepulcro del santo surgieron una multitud de moscas que atacaron a los soldados franceses que pretendía profanar su tumba y los hicieron huir, salvando a la ciudad del dominio extranjero.
Los teólogos de la Contrarreforma consideraron este episodio una simple leyenda y lo eliminaron de la hagiografía del santo.
Historia crítica
Un primer análisis histórico crítico del San Narciso de Gerona nace a partir de las actas del martirio de Santa Afra de Augsburgo. Lo hace Manuel Mundó i Marcet (Asncari) (Barcelona 1923 - 2012), historiador y paleógrafo, en el artículo La autenticidad del sermón de Oliba sobre San Narciso de Gerona, publicado en los Anales del Instituto de Estudios Gerundenses, en 1974. Santa Afra ya tenía unas actas de martirio en el siglo VII. En tiempos de Carlomagno (VIII-IX) se añaden textos complementarios en los que aparecía San Narciso, su diácono Félix y la conversión de la santa. Mundó apunta a una posible intención político religiosa, para establecer, por medio del obispo Narciso, un nexo unificador entre las sedes episcopales de las marcas más alejadas del imperio francoː Augsburgo y Gerona. A principios del siglo XI la popularidad de San Narciso irá creciendo y acabará sustituyendo al santo patrón de Gerona antes de la invasión de los francos, San Félix de Gerona, quien vino de África con San Cucufato, y que sufrió el martirio en 304 en la ciudad de Gerona.
Festividad y patronazgo
Su festividad se celebra el 29 de octubre. San Narciso es el patrono de las ciudades de Augsburgo y de Gerona. En esta última, se celebran en su honor las fiestas mayores de la ciudad y su comarca.
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