“Que no tiemble vuestro corazón –dice Jesús en el evangelio que puede leerse en las misas de difuntos-; creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas estancias, si no fuera así, ¿os habría dicho que voy a prepararos sitio?”
Al rezar durante este mes de noviembre por nustros difuntos salimos beneficiados, porque alimentamos nustra esperanza en participar con ellos de la generosidad de Cristo, que nos espera para darnos un abrazo que nos hará felices. Que este mes de los Fieles Difuntos sea, pues, un mes de oración, de esperanza y de alegría.
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