Nacho Calderón uno de los neuropsicólogos de referencia del momento avisa:
Como dijo un filosofo en un debate sobre la televisión “Yo no tengo televisión porque me quita mucho más de lo que me da”. Los efectos nocivos de la televisión (efecto hipnótico y sedentarismo) siguen siendo verdad cuando nos referimos a los teléfonos móviles y las tabletas, pero debemos ahondar de manera más concreta.
La luz azul que emiten esos dispositivos ejerce un efecto hipnótico mucho más potente sobre nuestro sistema nervioso, de ahí que su poder adictivo sea mucho mayor que el de la televisión. Es mucho más difícil desengancharse – sea tras un uso puntual, o sea desde la adicción – de esos malditos aparatos que de lo que ya de por sí es desengancharse de la televisión. El pasado 1 de junio de 2016 el Instituto de Estudios Familiares – Family Watch – publicó un artículo en el que demostraba el incremento de la violencia de hijos hacia padres y cómo esta violencia está mediatizada en gran medida por el mal uso de los dispositivos electrónicos – el enfrentamiento entre los padres y los hijos es mucho más intenso cuando el tema de discusión es el teléfono móvil, la tableta o similar que por cualquier otra cuestión.
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