Domingo 21 de Agosto de 2016
21º Domingo durante el año
Verde.
Semana 1ª del Salterio.
Martirologio Romano: Memoria del papa san Pío X, que fue sucesivamente sacerdote con cargo parroquial, obispo de Mantua y después patriarca de Venecia. Finalmente, elegido Sumo Pontífice, adoptó una forma de gobierno dirigida a instaurar todas las cosas en Cristo, que llevó a cabo con sencillez de ánimo, pobreza y fortaleza, promoviendo entre los fieles la vida cristiana por la participación en la Eucaristía, la dignidad de la sagrada liturgia y la integridad de la doctrina.
Antífona de entrada Sal 85,1. 3
Inclina tu oído, Señor, respóndeme; salva a tu servidor que en ti confía. Ten piedad de mí, Señor, que te invoco todo el día.
Oración colecta
Señor Dios, que unes a tus fieles en una sola voluntad; concédenos amar lo que mandas y esperar lo que prometes, para que, en la inestabilidad del mundo presente, nuestros corazones estén firmes donde se encuentra la alegría verdadera. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
Oración sobre las ofrendas
Señor, que en el sacrificio único de Cristo, te has adquirido un pueblo de hijos, sé bondadoso con nosotros y concede a tu Iglesia los dones de la unidad y de la paz. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona cf. Sal 103, 13-15
Señor, la tierra se sacia con el fruto de tus obras: el pan que sale de la tierra y el vino que alegra el corazón del hombre.
O bien: cf. Jn 6, 54
Dice el Señor: “El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene Vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día”.
Oración después de la comunión
Padre nuestro, realiza plenamente en nosotros la obra de tu misericordia, y concédenos tu gracia para que podamos agradarte en todo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
1ª Lectura Is 66, 18-21
Lectura del libro de Isaías.
Así habla el Señor: Yo mismo vendré a reunir a todas las naciones y a todas las lenguas, y ellas vendrán y verán mi gloria. Yo les daré una señal, y a algunos de sus sobrevivientes los enviaré a las naciones extranjeras, a las costas lejanas que no han oído hablar de mí ni han visto mi gloria. Y ellos anunciarán mi gloria a las naciones. Ellos traerán a todos los hermanos de ustedes, como una ofrenda al Señor, hasta mi Montaña santa de Jerusalén. Los traerán en caballos, carros y literas, a lomo de mulas y en dromedarios –dice el Señor– como los israelitas llevan la ofrenda a la Casa del Señor en un recipiente puro. Y también de entre ellos tomaré sacerdotes y levitas, dice el Señor.
Palabra de Dios.
Comentario
El profeta anuncia que Dios vendrá a reunir a todas las naciones. Además quedan comprometidos los miembros del pueblo que deben anunciar el plan de Dios y trabajar para esa unión. Porque Dios nos hace participar a todos de su plan y de su obra.
Sal 116, 1-2
R. Vayan por todo el mundo y anuncien el Evangelio.
¡Alaben al Señor, todas las naciones, glorifíquenlo, todos los pueblos! R.
Es inquebrantable su amor por nosotros, y su fidelidad permanece para siempre. R.
2ª Lectura Heb 12, 5-7. 11-13
Lectura de la carta a los Hebreos.
Hermanos: Ustedes se han olvidado de la exhortación que Dios les dirige como a hijos suyos: Hijo mío, no desprecies la corrección del Señor, y cuando te reprenda, no te desalientes. Porque el Señor corrige al que ama y castiga a todo aquel que recibe por hijo. Si ustedes tienen que sufrir es para su corrección; porque Dios los trata como a hijos, y ¿hay algún hijo que no sea corregido por su padre? Es verdad que toda corrección, en el momento de recibirla, es motivo de tristeza y no de alegría; pero más tarde, produce frutos de paz y de justicia en los que han sido adiestrados por ella. Por eso, “que recobren su vigor las manos que desfallecen y las rodillas que flaquean. Y ustedes, avancen por un camino llano”, para que el rengo no caiga, sino que se sane.
Palabra de Dios.
Comentario
Durante siglos, hemos escuchado que hay que temer al castigo de Dios, y que este castigo es parte de un camino de aprendizaje. Sin embargo, no es este el mensaje del autor de este escrito, quien quiere acompañar los sufrimientos de una comunidad para que esta vea y perciba, en medio de sus propios dolores, la presencia de Dios, que sana y acompaña.
Aleluya Jn 14, 6
Aleluya. “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre, sino por mí”, dice el Señor. Aleluya.
Evangelio Lc 13, 22-30
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Jesús iba enseñando por las ciudades y pueblos, mientras se dirigía a Jerusalén. Una persona le preguntó: “Señor, ¿es verdad que son pocos los que se salvan?”. Él respondió: “Traten de entrar por la puerta estrecha, porque les aseguro que muchos querrán entrar y no lo conseguirán. En cuanto el dueño de casa se levante y cierre la puerta, ustedes, desde afuera, se pondrán a golpear la puerta, diciendo: ‘Señor, ábrenos’. Y él les responderá: ‘No sé de dónde son ustedes’. Entonces comenzarán a decir: ‘Hemos comido y bebido contigo, y tú enseñaste en nuestras plazas’. Pero él les dirá: ‘No sé de dónde son ustedes; ¡apártense de mí todos los que hacen el mal!’. Allí habrá llantos y rechinar de dientes, cuando vean a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el Reino de Dios, y ustedes sean arrojados afuera. Y vendrán muchos de Oriente y de Occidente, del Norte y del Sur, a ocupar su lugar en el banquete del Reino de Dios. Hay algunos que son los últimos y serán los primeros, y hay otros que son los primeros y serán los últimos”.
Palabra del Señor.
Comentario
“Fíjense en el evangelio de hoy: ‘Se quedarán afuera. Llamarán a la puerta diciendo: ‘Señor, ábrenos’. Y él les replicará: ‘No sé quiénes son’. Entonces comenzarán a decir: ‘Hemos comido y bebido, y tú has enseñado en nuestra plazas’. Pero él les replicará: ‘No sé quiénes son. Aléjense de mí, malvados’. No basta llevar el nombre cristiano y vivir como pagano para presentarse al cielo y decir: ‘Jesús me conoce’. Aquí Jesús dice que desconoce a todo aquel que no haya querido hacer de su título cristiano una profesión de vida, un llamamiento cristiano a vivir esta escatología, esta esperanza, este cielo”.
Oración introductoria
Padre, ayúdame a aceptar tu Palabra y a comprender que no es posible alcanzar la santidad si mi vida está dominada por la ley del menor esfuerzo. Guía esta oración, ayúdame a guardar el silencio necesario para saber escucharte.
Petición
Señor, ayúdame a cambiar el mal en bien, el odio en amor, la venganza en perdón.
Meditación
1.- Yo vendré para reunir a los países de toda lengua… y anunciarán mi lengua a las naciones. El tercer Isaías, en estos últimos capítulos del libro de Isaías, quiere animar a su pueblo en tiempos del postexilio, y les dice que Dios hará a Sión y a Jerusalén el centro espiritual del mundo y que hacia allí vendrán personas de todos los pueblos de la tierra, y anunciarán la gloria de Dios a todas las naciones. Ya no será Israel el único depositario de la promesa, sino que serán llamados a la salvación todos los pueblos de la tierra. Es un texto precioso, porque es una confesión clara de la universalidad de la salvación que Dios nos ofrece a todos. Los judíos, el pueblo judío, siempre pensaron en Dios, como su Dios, porque ellos se consideraban el único pueblo elegido. Estas afirmaciones católicas, es decir, universales, que se encuentran en algunos libros del A. T. debemos considerarlas como anticipo de la catolicidad de la religión cristiana que vino a anunciarnos Cristo en su evangelio y que quiso hacer realidad en la predicación e instauración del verdadero Reino de Dios. Los cristianos nos consideramos hermanos de todas las personas del mundo, porque, con nos dirá san Pablo, nuestra fe en Cristo no hace distinciones entre judíos y paganos, hombres o mujeres, razas o etnias.
En el salmo 116 podríamos hablar de un ecumenismo, que estrecha en un único abrazo a pueblos diferentes por su origen, historia y cultura. Estamos en la línea de la gran "visión" de Isaías, que describe "al final de los tiempos" cómo confluyen todas las naciones hacia "el monte del templo del Señor". Entonces caerán de las manos las espadas y las lanzas; más aún, con ellas se forjarán arados y podaderas, para que la humanidad viva en paz, cantando su alabanza al único Señor de todos, escuchando su palabra y cumpliendo su ley.
2.- Perseverancia en un mundo hostil. El autor de la Carta a los Hebreos exhorta a sus lectores para que no se desanimen. Se dirige a unas comunidades cristianas en las que ya ha desaparecido el entusiasmo de los comienzos y empieza a notarse la vacilación ante las primeras dificultades y la persecución que padecen. La vida cristiana no es una vida en "un mundo feliz", sino lucha y responsabilidad en medio de un mundo hostil que contradice al evangelio. El misterio del dolor y de los sufrimientos que tenemos que aguantar por causa del evangelio se hace más aceptable para los que creen de verdad en la pasión, muerte y resurrección de Jesús. De ello se habla precisamente en los versos anteriores, en los que se afirma que Jesús es el "autor y el consumador de la fe".
3.- ¿Cuántos se salvarán? He aquí una cuestión que preocupaba a los rabinos en aquel tiempo y, no hace muchos decenios, a los teólogos católicos: el número de los que se salvan. Los rabinos consideraban que, para salvarse era necesario o poco menos el pertenecer al pueblo elegido, y esto pesaba más que una vida personal intachable. Por tanto, confiaban salvarse y que se salvarían también todos los hijos de Israel con muy pocas excepciones. Jesús no responde a esa pregunta, que es más teórica que práctica. Prefiere insistir en la necesidad y la urgencia de la conversión al evangelio. La "puerta estrecha" es una alusión al esfuerzo que requiere la auténtica conversión. No sólo es estrecha, sino que además puede cerrarse en cualquier momento; de ahí la urgencia: la conversión no puede dejarse para mañana. Jesús hace una llamada apremiante a todos los hijos de Israel, a quienes ha sido enviado por el Padre y que no acaban de aceptar su mensaje y su persona. Jesús ha venido "a los suyos", ha plantado la tienda en medio de su pueblo; pero ni los vínculos de la sangre, ni la aproximación física del Mesías al pueblo de Israel va a servirles de nada si no se convierten al evangelio. Lo que importa para la salvación es la fe y la comunión espiritual con la persona de Jesús. Porque lo que cuenta ya no es la descendencia de Abrahán según la carne, sino creer con la fe de Abrahán e incorporarse a Cristo y al Reino que él anuncia. Lo que salva es aceptar con fe el evangelio, que se presenta sin limitaciones raciales o nacionales y como un mensaje universal.
Propósito
Confiemos en la gracia de Cristo y ayudemos al triste a confiar en Él.
Diálogo con Cristo
Jesús, el camino está claro, pero siento que me falta fuerza para realmente querer recorrer esa senda que lleva a tu Reino, cruzar esa puerta estrecha que implica negarme a mí mismo. Dame la luz para comprender que sólo hay ese camino por lo que debo convertirme en un instrumento dócil y confiado en tu voluntad.

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