Sea uno creyente, agnóstico, ateo o pagano no se puede desligar de la lucha que esta vida implica, a menos que desee voluntariamente desaparecer…
A raíz de los sucesos tipo Charlie Hebdo, Bataclan y Niza hay muchos que ya han querido ver en Francia, la hija primogénita de la Iglesia, un ejemplo claro de la claudicación y la inacción Pero quizás han actuado prematuramente…
Hace días un grupo de católicos franceses rezaba en protesta frente a una iglesia que el estado “laico” francés había decidido destruir. De acuerdo a los testigos, uno de los tantos “nuevos franceses” (no está claro si musulmán) pasó repetidamente con música alta y burlándose de los genuflexos nativos. Fue advertido pero insistió en la provocación hasta que uno de los católicos, luego de explicárselo amablemente, se lo dijo con otros modales: “Nous l’avions prévenu il n’a pas voulu entendre la voix de la raison” ("Se lo habíamos prevenido; él no ha querido entender la voz de la razón").
Enrique de Zwart
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