Martes 23 de Agosto de 2016
De la feria
Verde.
Antífona de entrada Sal 85,1. 3
Inclina tu oído, Señor, respóndeme; salva a tu servidor que en ti confía. Ten piedad de mí, Señor, que te invoco todo el día.
Oración colecta
Señor Dios, que unes a tus fieles en una sola voluntad; concédenos amar lo que mandas y esperar lo que prometes, para que, en la inestabilidad del mundo presente, nuestros corazones estén firmes donde se encuentra la alegría verdadera. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
Oración sobre las ofrendas
Señor, que en el sacrificio único de Cristo, te has adquirido un pueblo de hijos, sé bondadoso con nosotros y concede a tu Iglesia los dones de la unidad y de la paz. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión cf. Sal 103, 13-15
Señor, la tierra se sacia con el fruto de tus obras: el pan que sale de la tierra y el vino que alegra el corazón del hombre.
O bien: cf. Jn 6, 54
Dice el Señor: “El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene Vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día”.
Oración después de la comunión
Padre nuestro, realiza plenamente en nosotros la obra de tu misericordia, y concédenos tu gracia para que podamos agradarte en todo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Lectura 2Tes 2, 1-3a. 14-17
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Tesalónica.
Acerca de la Venida de nuestro Señor Jesucristo y de nuestra reunión con él, les rogamos, hermanos, que no se dejen perturbar fácilmente ni se alarmen, sea por anuncios proféticos, o por palabras o cartas atribuidas a nosotros, que hacen creer que el Día del Señor ya ha llegado. Que nadie los engañe de ninguna manera. Dios los llamó, por medio de nuestro Evangelio, para que posean la gloria de nuestro Señor Jesucristo. Por lo tanto, hermanos, manténganse firmes y conserven fielmente las tradiciones que aprendieron de nosotros, sea oralmente o por carta. Que nuestro Señor Jesucristo y Dios, nuestro Padre, que nos amó y nos dio gratuitamente un consuelo eterno y una feliz esperanza, los reconforte y fortalezca en toda obra y en toda palabra buena.
Palabra de Dios.
Comentario
Las primeras comunidades cristianas esperaban que Jesús retornara pronto, para renovar todo el mundo. Sin embargo, ese tiempo se alargaba, por lo que muchos cristianos veían cómo su fe se debilitaba. El apóstol insta a llevar una vida imbuida de esperanza en el reencuentro, pero apoyada en este tiempo, en el cual hay que comprometerse.
Sal 95, 10-13
R. ¡El Señor viene a gobernar la tierra!
Digan entre las naciones: “¡El Señor reina! El mundo está firme y no vacilará. El Señor juzgará a los pueblos con rectitud”. R.
Alégrese el cielo y exulte la tierra, resuene el mar y todo lo que hay en él; regocíjese el campo con todos sus frutos. R.
Griten de gozo los árboles del bosque. Griten de gozo delante del Señor, porque él viene a gobernar la tierra. R.
Él gobernará al mundo con justicia, y a los pueblos con su verdad. El Señor viene a gobernar la tierra. R.
Aleluya Heb 4, 12
Aleluya. La Palabra de Dios es viva y eficaz; discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. Aleluya.
Evangelio Mt 23, 23-26
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús habló diciendo: ¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que pagan el diezmo de la menta, del hinojo y del comino, y descuidan lo esencial de la Ley: la justicia, la misericordia y la fidelidad! Hay que practicar esto, sin descuidar aquello. ¡Guías ciegos, que filtran el mosquito y se tragan el camello! ¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que limpian por fuera la copa y el plato, mientras que por dentro están llenos de codicia y desenfreno! ¡Fariseo ciego! Limpia primero la copa por dentro, y así también quedará limpia por fuera.
Palabra del Señor.
Comentario
Hay una cierta ironía en la denuncia de Jesús: la menta y el anís crecían salvajes en los campos, pero incluso eso cuidaban los fariseos con cálculos y pago del diezmo. Lamentablemente, con esta puntillosidad innecesaria perdían de vista lo verdaderamente importante. Cuidémonos de este pecado de dar demasiada importancia a la forma externa, mientras nos olvidamos de la pureza y la rectitud del corazón.
Oración introductoria
Oh, Espíritu Santo, Espíritu de Verdad, limpia mi conciencia para que pueda convivir permanente con tu gracia, te lo pido por intercesión de la Inmaculada Virgen María que supo actuar siempre de cara a la verdad.
Petición
Jesús, ayúdame a vivir según esta regla: «Es bueno lo que me ayuda a cumplir la voluntad de Dios, y malo lo que me estorba».
Meditación
Hoy Jesucristo se siente incómodo con la falsa religiosidad, las peticiones pomposas y la piedad egoísta. Él ha notado un vacío de amor, a saber, echa en falta «la justicia, la misericordia y la fe». Jesús encarna esas cualidades en su persona y ministerio. Él era la justicia, la misericordia y la fe.
Incluso en las palabras de castigo vemos en Dios un toque de amor, importante para quienes quieran volver a lo básico: «Se te ha indicado, hombre, qué es lo bueno y qué exige de ti el Señor: nada más que practicar la justicia, amar la fidelidad y caminar humildemente con tu Dios» (Miq 6,8).
«¡Purifica primero por dentro la copa, para que también por fuera quede pura!» (Mt 23,26).
¡Cuán cierto es eso para cada uno de nosotros! Sabemos cómo la limpieza personal nos hace sentir frescos y vibrantes por dentro y por fuera. Más aun, en el ámbito espiritual y moral nuestro interior, nuestro espíritu, si está limpio y sano brillará en buenas obras y acciones que honren a Dios y le rindan un verdadero homenaje (cf. Jn 5,23).
Jesús toma una clara actitud de denuncia. Su objetivo son los maestros de la Ley y los fariseos. Su ceguera reside en la incoherencia de observar escrupulosamente los pequeños detalles, que tienen su importancia, y dejar de lado las cosas fundamentales, como la justicia, el amor y la fidelidad.
Es una invitación a que las personas y los grupos más relevantes de las comunidades cristianas, es decir, sus guías, hagan un examen de conciencia. ¿Respetamos los valores fundamentales? ¿Valoramos más las normas que a las personas? ¿Imponemos a los demás aquello que no somos capaces de cumplir nosotros mismos? ¿Hablamos desde la suficiencia de nuestras ideas o desde la humildad de nuestro corazón?. ¿Ve la gente en sus pastores hombres de Dios, que distinguen lo accesorio de lo fundamental? La debilidad merece comprensión, la hipocresía provoca rechazo.
Todo creyente puede alojar en su interior un “fariseo ciego”. Jesús nos invita: «Purifica primero por dentro la copa, para que también por fuera quede pura» (Mt 23,26). La espiritualidad tiene las raíces en el interior del corazón.
Libertad y responsabilidad están aquí inseparablemente unidas. Con ese mismo espíritu san Agustín formuló la frase que luego se hizo famosa: "Dilige et quod vis fac", "Ama y haz lo que quieras". Quien ama a Cristo como lo amaba san Pablo, verdaderamente puede hacer lo que quiera, porque su amor está unido a la voluntad de Cristo y, de este modo, a la voluntad de Dios; porque su voluntad está anclada en la verdad y porque su voluntad ya no es simplemente su voluntad, sino que está integrada en la libertad de Dios y de ella recibe el camino por recorrer.
Propósito
Buscar «ser» más y mejor persona, en vez de hacer cosas para «parecer» buen cristiano.
Diálogo con Cristo
Oh, Espíritu de santidad, ven y renueva mi corazón en esta oración. Ven, Espíritu de amor, de paz, y enséñame a ser auténtico y coherente con mi fe para llegar a ser benevolente, lleno siempre de amor y comprensión con todos, especialmente con los más cercanos. Ayúdame a corresponderte con un amor fiel, verdadero y apasionado.
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