Aquí siempre os he participado mis aficiones, lecturas e intereses. Una cosa apasionante que siempre me admira es la pintura del Imperio Romano, porque esas pinturas son una ventana abierta a escenas cotidianas de ese mundo ya perdido. Las pinturas de otras civilizaciones, a veces, no son tales ventanas, no son reflejo realista de esos mundos.
Los aztecas, los mayas, los persas o la civilización minoica no nos han dejado pinturas como las romanas. Sino que sus pinturas son más conceptuales o más ornamentales. Sea dicho de paso, de los mejores momentos de mi vida que guardo en mi recuerdo, están mis visitas a las ruinas mayas y aztecas en mis conferencias. Especialmente me impresionó la primera vez que vi la ciudad ceremonial de Teotihuacán.
Dentro de la pintura romana, resulta muy interesante el reflejo que en ella quedó de la arquitectura. ¿Cómo vieron los romanos sus propias ciudades, sus propios puertos? No tenemos fotos, pero sí sus frescos. Hoy os participo algunas de esas pinturas. Os aseguro que he pasado momentos muy entretenidos analizándolas.
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