Casi 5.000 órganos trasplantados durante 2015 han permitido a España revalidar, un año más, su título como potencia mundial en este campo de la Medicina. Los españoles son los ciudadanos del mundo con más posibilidades de salvar la vida con un trasplante. Hoy ya hay más personas con un riñón trasplantado que enfermos renales en diálisis, una meta imposible de alcanzar para otros países de nuestro entorno.
Cada día un sistema organizativo, basado en lo público y el altruismo, salva vidas en España y es el espejo en el que el resto de los países quieren mirarse. Este sistema, con la Organización Nacional de Trasplantes al frente, ha revalidado este año su título de potencia mundial. Ayer el Registro Mundial certificó nuestro primer puesto en el podio tras 24 años consecutivos de liderazgo. España, con 1.851 donantes y 4.769 órganos trasplantados es el país que más intervenciones de este tipo hizo en el mundo.
Tras nuestros pasos se sitúa Croacia, que ha avanzado gracias a implantar el modelo español, Estados Unidos, Austria y Bélgica, pero lo hacen a gran distancia de nuestro país. La ONT, que ha dirigido de forma casi ininterrumpida Rafael Matesanz, ha permitido el llamado «milagro español». Esta institución nació en 1989 y a los tres años de su andadura, ya convirtió España en una referencia internacional.
El secreto del éxito
El verdadero secreto de la ONT está en la organización y en su apuesta por la donación. Mientras, la mayoría de los países desarrollados han dedicado todos sus esfuerzos a mejorar la medicina del trasplante, a avanzar en las técnicas quirúrgicas, en los medicamentos que controlan el rechazo..., en España se apostó por fomentar la donación, sin descuidar la destreza médica. Y lo más difícil, la organización logró salvar los límites geográficos que marcan las autonomías.
Ahora el reto es seguir aumentando el número de donaciones y bajar las listas de espera. «Apostamos por la captación de donantes fuera de los lugares tradicionales de las UVIs, en Urgencias y unidades de ictus», explica a ABC Matesanz. La última apuesta es la donación en asistolia, o trasplante a corazón parado. Esta técnica hasta ahora en desuso permite aprovechar órganos en donantes que han dejado de bombear sangre.
abc.es
Publicar un comentario