Con esta moderna imagen de San Martín, partiendo su capa con un pobre, quiero reflexionar hoy sobre la caridad en la vida parroquial, que no tiene vacaciones.
Por eso en esta parroquia seguimos atendiendo, gracias a la generosidad de voluntarios y voluntarias, a las familias que llegan pidiendo ayuda o a los transeuntes que pasan por aquí.
Y, como San Martín, partimos la pequeña capa que nos cubre para que otros encuentren también protección. No solucionamos todos los problemas, pero arreglamos algunos ¡Ago es!
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