El arquitecto amigo mío (el hombre bueno y de corazón de oro) se puso en contacto con la diócesis. Pero ésta le contestó que su curriculum, aunque prestigioso, correspondía a un estilo de obras demasiado moderno, cuando ellos buscaban un estilo de iglesia tradicional. Siempre le dije a mi amigo que su modernismo le perdería.
Así que el camino de la diócesis quedó definitivamente cerrado. Pero yo seguí dándole vueltas a la idea: ¿Cómo podría ser una catedral del siglo XXI? Y si era posible hacerla con poco dinero, mejor.
La idea no se me fue de la cabeza durante varios meses. Pensaba en el asunto a ratos libres. Hacía bosquejos sobre el papel. Entonces (seguiré mañana).
El post es breve porque he cenado fuera y he llegado tarde. Los tanques no tienen una excesiva relación con el tema de la catedral.
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