Unidos a todos los que hoy celebran la Jornada por la vida, la hemos vivido con intensidad en la parroqui, ofreciendo la Santa Misa por esta intención y reflexionando sobre la importancia de cuidar la vida humana, protegerla y defenderla.
En la mañana estuve en el colegio de los Marianistas confesando a los alumnos con otros tres sacerdotes. Y en la tarde, ya sin ayuda, he tenido la primera confesión de otro de los grupos de niños de catequesis de Primera Comunión. Una bonita jornada de reconciliación y fiesta del perdón. Al final, cada niño ha recibido unos dulces como signo de alegrÃa por el perdón recibido.
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