Lo de la urgencia es por la misa de clausura y que, sinceramente, creo exige una palabra desde la archidiócesis de Madrid. La crónica de la misa la tienen una vez más, y cómo no, en Religión Digital, con alguna foto y todo. Me parece una barbaridad que merece contestación.
La otra cosa es lo que voy a llamar la tomadura de pelo de la solidaridad, y es que la colecta, como el algodón, no engaña.
Ya saben todos mis lectores que lo que más reivindican los ultra progres, es eso de la Iglesia samaritana, en salida, y comprometida con los débiles, y no como esos conservadores que no quieren saber nada de los débiles y pasan ampliamente del drama de los inmigrantes. Por eso en la misa de clausura de cada congreso de la Juan XXIII se realiza una colecta solidaria, que en esta ocasión parece va destinada a financiar varios proyectos de solidaridad en el tercer mundo.
Según Religión Digital, que servidor no se inventa nada, “más de seiscientos” participantes. Según el mismísimo Juan José Tamayo, secretario de la Asociación, se han recaudado 5.610 euros. Facilito. Se tira de calculadora y salen una solidaridad que no llega a diez euros de media por asistente, con la que pretenden financiar nada menos que “proyectos", sí, en plural, en el tercer mundo. Apañados están los proyectos.
Así que ser solidarios es ir a un congreso de los tuyos, de los guays, de los comprometidos con los pobres, y aportar una media de diez euros escasos para el tercer mundo. Es lo que tienen los años, que uno sigue pensando que las cosas valen lo mismo que hace cuarenta años. Comprensible.
Cada cual se entretiene como puede. Los de la Juan XXIII con velitas arco iris, sueños y dormiciones, solidaridad de diez euros y conciencia de ser algo así como la autenticidad. Que sigan, no mrece la pena despertarlos.
Lo que quizá no estaría de más, es que desde Madrid se deje claro lo que son esta gente, porque ves la noticia en Religión Digital, una página financiada con multitud de anunciantes de la Iglesia Católica y apoyada por un montón de obispos con sus fotos y textos, y a lo mejor alguien se piensa que están todos tan felices con el congreso y con la misa. Y me consta que no es sí.
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