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Evangelizar “con dibujitos” tipo comics no es la mejor idea. El sentido de las imágenes, según el Concilio de Nicea II, es inspirar la veneración y la oración, cosa muy improbable ante un dibujo solo amable o “simpático.”
Además, los comics representan muy inadecuadamente la ofrenda hecha por nuestra salvación, esto es, la Sangre que Cristo derramó por nosotros en una Cruz de verdad. Un cierto realismo es indispensable para asomarse con gratitud a este misterio.
Y además las catequesis con comics se usan a menudo con los niños, que ya tienen un mundo saturado de más comics tipo “Pato Donald.” Cuando los niños crecen y dejan las fantasías suelen dejar por asociación lo que han recibido con envoltura de fantasía: su fe cristiana.
Lo dicho vale proporcionalmente para otros medios visuales, como son diapositivas, afiches y películas. Así que, sin caer en extremos protestantes o iconoclastas, es necesario elevar la calidad de los materiales que usamos en catequesis.
Y finalmente no olvidemos que el verdadero “audiovisual” que necesita la gente es este: seres humanos REALES que de manera visible y fascinante muestren a Jesucristo y sus misterios.
[Publicado primero en mi cuenta de Twitter.]
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