Tratará sobre los jóvenes y la vocación. Cuestión básica y de subsistencia.
No se trata de llenar las iglesias de jóvenes, sino de ir llenando, corazón a corazón, a los jóvenes. Porque, si tienen lleno de Dios su corazón, serán felices y ellos mismos irán atrayendo a otros a la Iglesia para que también lo sean.
Pero ¿se puede llenar de Dios el corazón de un joven si se tiene el propio corazón vacío?
Esa es, pienso yo, la cuestión que afrontará e iluminará el Sínodo: cómo llenar de bien, de verdad y de Dios, los corazónes creyentes, para que puedan llenar los corazones vacíos de tantos y tantos jóvenes sedientos.
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