Como este blog es seguido por canónigos diligentes, carmelitas calzadas y arciprestes que desean un momento de solaz mientras se toman el café del desayuno, hoy voy a dar un consejo práctico.
Observo en infinidad de fotografías (por no decir casi todas) que cuando los obispos administran el sacramento de la confirmación lo hacen sin manguitos y sin gremial.
¿Resultado? Se manchan las casullas.
¿Por qué? El obispo no está exento de las leyes físicas.
El gremial es un mandil litúrgico que se usaba para evitar que el crisma manchara las vestiduras sagradas al consagrar altares, ungir las manos de los presbíteros y demás ceremonias en que se usa el óleo sagrado.
No hay que tener escrúpulos en usar el gremial litúrgico. La Iglesia lo ha usado más de quinientos años antes de que apareciera correteando el primer masón por el mundo y se le ocurriera la feliz idea de que también él podía usar un mandil.
Véanse aquí muchas fotos de obispos y papas usándolo:
El que lo usen los papas no niego que refuerza mis argumentos.
Los manguitos son esas prendas para las mangas. Sin ellos, las mangas cuelgan y se manchan también. Si reciben la confirmación cuatro jóvenes, es fácil realizar las unciones sin mancharse. Pero si son más de treinta jóvenes, lo veo difícil. Y ungir un altar sin machar la casulla y las mangas es sencillamente imposible, salvo que se usen estos dos tipos de prendas.
Cualquier señora de la parroquia que sepa coser puede hacer un gremial con un trozo de tela gruesa y lo mismo los manguitos. Ahora bien, sería ideal que en la diócesis ya existieran estas prendas y que fueran muy bonitas y prácticas (=gruesas).
Me encantan estos artículos de alta teología. Pero a saber cuántas casullas habré salvado con este post. Quizá deba proponerme metas más sencillas con mis escritos, como ésta de evitar las manchas.
Además, hoy he recibido una interesante propuesta. Me pagan una cantidad no despreciable para que durante un año sólo hable de cuestiones litúrgicas como ésta en mi blog. El contratante es el Ministerio del Interior de Venezuela. Es un detalle. Nunca pensé que tuvieran tanto interés por loa belleza en el campo litúrgico.
Me han dicho que me pagan lo mismo si durante un año únicamente me dedico a hablar de los obispos medievales y los cabildos. ¡Y que digan luego que no les interesa la cultura!
Además, hoy he recibido una interesante propuesta. Me pagan una cantidad no despreciable para que durante un año sólo hable de cuestiones litúrgicas como ésta en mi blog. El contratante es el Ministerio del Interior de Venezuela. Es un detalle. Nunca pensé que tuvieran tanto interés por loa belleza en el campo litúrgico.
Me han dicho que me pagan lo mismo si durante un año únicamente me dedico a hablar de los obispos medievales y los cabildos. ¡Y que digan luego que no les interesa la cultura!
Publicar un comentario