Dios eterno me escogió y tan claro yo lo he visto que se acabó mi temor. Las cruces en el camino, el cansancio y el dolor no oscurecen mi camino ni me enturbian el amor. Sin detenerme por nada voy siguiendo al Buen Pastor. Y vivo cada jornada sirviendo al pueblo de Dios.
Hoy escuché esta canción, que compuse hace años, con mis feligreses y me ha emocionado. Preciosa jornada sacerdotal!
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