Si algo hemos aprendido todos en youtube, es que el juego de la piñata siempre acaba mal. El palo de la escoba o el bate de beisbol acaba golpeando con toda su fuerza la cabeza de un padre, de un vecino, de un amiguito… cualquier cosa, menos la piñata.
Este juego, probablemente, lo inventó algún español resentido que quería vengarse de los mexicanos antes de abandonar el país el 1821 al independizarse.
Antes de subirse al barco de vuelta a casa, debió pensar: ¿qué puedo inventar para que estos se den golpes unos a otros en la cabeza durante generaciones y, encima, entre risas? E inventó la piñata.
Lo más gracioso es cuando alguien, con toda candidez, con una inocencia épica, le sujeta la piñata entre las manos, para que el otro, vendado, sin ver tres en un burro, le propine un golpe mejor y más fuerte. El resultado es el que todos podemos esperar.
Eso sí, te descalabran, pero no tienes que preocuparte, porque cuando estás en el suelo retorciéndote de dolor, oyes cómo todo el mundo se parte de risa.
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